AKTUALITATEA

| 2022-07-29

Pello Otxandiano director de Programa de EH Bildu ha valorado el paquete de medidas que presentó ayer el Gobierno Vasco junto con las Diputaciones para hacer frente a la inflación.

Como ha subrayado, en lo que respecta al conjunto de las medidas, “no hay un análisis estructural del contexto en el que nos encontramos y no hay una visión a medio-largo plazo. El propio lehendakari dijo en rueda de prensa que espera que estas medidas sean coyunturales. Este es un gobierno agotado, buscando golpes de efecto más que medidas efectivas que nos ayuden a preparar el futuro”.

En ese sentido, ha querido profundizar en las medidas que forman este paquete y ha recalcado que, sobre todo, la deflactación tal como se ha planteado, es una medida regresiva. “Este es precisamente el camino que le ha estado indicando el PP”, ha alertado.

Ante esta situación, Otxandiano ha querido recordar que desde EH Bildu se ha puesto encima de la mesa un análisis que creemos acertado a la luz del desarrollo de los acontecimientos de las últimas semanas y las proyecciones económicas para este otoño: “no estamos frente a una crisis coyuntural, no se puede afrontar este momento como si se tratara de una situación temporal; nos hemos adentrado en un tiempo histórico nuevo marcado por grandes convulsiones económicas, no es posible afrontar este momento desde la gestión de la inercia del modelo actual y esperar que un milagro nos devuelva a la normalidad anterior”.

Por ello, ha insistido en que hay que preparar el futuro: “Insistir en gestionar la inercia es prolongar la agonía de un modelo agotado y restar oportunidades. Cuanto más tarde encaminemos el rumbo peor”.

Por todo ello, para abordar el futuro con unas mínimas garantías, ha recordado que hay dos tendencias principales que deben ser revertidas:

- La degradación de los servicios públicos.

- El aumento de las desigualdades sociales, por partida doble.

“La razón principal de la alta inflación reside en el debilitamiento de la oferta a consecuencia de la guerra y la contracción de la inversión y producción de los recursos energéticos fósiles. La solución principal del problema de la inflación vendría de la mano del control de los precios de la energía, y por supuesto, de todos los productos y servicios que encarecen sin razón justificada, abultados por la mera especulación. Por ello, la primera medida debe ser la intervención del sector energético: El impuesto a los beneficios de las energéticas.

En esa misma lógica, a reivindicado medidas que no se han querido considerar encaminadas a garantizar las bases materiales del bienestar:

- Un ejercicio acerca de los beneficios empresariales

- Subida del salario mínimo interprofesional

- Regulación de los precios del alquiler

- Reconsiderar la política de inversión

Por último, ha querido dejar claro, que desde el Gobierno Vasco no han contado con nadie a la hora de adoptar estas medidas, y ante ese modelo de gobernanza “agotado”, ha reivindicado un “un gran pacto de bienestar” que busque revertir las dos tendencias previamente mencionadas.