El Movimiento Feminista de Euskal Herria ha hecho suya la reivindicación que la superviviente de la causa contra los violadores de Gisèle Pelicot ha situado en el centro _"La vergüenza ha cambiado de parte"_ de cara a las manifestaciones del 25N. El Movimiento Feminista de Bilbao añade que "el miedo ha cambiado... Ahora la vergüenza es vuestra". La vergüenza y el miedo son mecanismos para crear víctimas y ciudadanos sumisos de segunda. Esto supone guardar silencio ante las violencias que nos suceden, no compartirlas y no politizar su origen.
Pero como ha dejado claro el lema y la iniciativa feminista de los últimos años, hablamos entre nosotras y no sólo para responder, sino también para construir una sociedad diferente. Tal y como hace tiempo lanzó Euskal Herriko Bilgune Feminista, "el colectivo nos hace libres". Frente al neoliberalismo individualizador, el feminismo también demuestra que los valores liberadores se cultivan y maduran colectivamente.
Pero es evidente que, el miedo y la vergüenza, se utilizan para que se puedan seguir produciendo diferentes violencias machistas. Estos factores de vergüenza no vienen únicamente por las personas que son las causantes de las agresiones, sino que, para sustentar la vergüenza y el miedo, es necesario un pacto social patriarcal. Los silencios cómplices, la sociedad que cuestiona a la víctima en lugar de poner el foco en el agresor, las continuas agresiones verbales y digitales que se producen a las feministas dispuestas a ocupar el espacio público, y las tendencias a despreciar todas estas agresiones diferentes.
Y por eso, este 25 de noviembre, en EH Bildu también hemos querido abordar las agresiones que se dan en el ámbito digital. La violencia machista digital que sufren las mujeres que ejercen de portavoces de nuestro proyecto es constante. Es evidente que la extrema derecha y las fuerzas reaccionarias han sabido perfectamente cómo utilizar este espacio, pero en el caso de las mujeres esta ofensiva aumenta de forma específica, ya que somos atacadas de forma individual, despreciando nuestras ideas, imagen y pensamiento, restando valor, cuestionando la capacidad de ese espacio que estamos haciendo nuestro. Y hemos querido denunciarlos, pero hace tiempo que hemos empezado a hacer un camino dentro de casa para identificar, sistematizar y establecer mecanismos de protección de estos ataques. En este camino nos hemos reunido con representantes que ponen en marcha la Autodefensa Feminista Digital. Hemos aprendido y visto que las agresiones que se producen en el ámbito digital provocan un desplazamiento de valores básicos, un proceso de legitimación y así se terminan dando por buenos muchas de las cosas que allí se han dicho y, por lo tanto, se están abriendo más posibilidades de pasar después al espacio físico y ser también en él ofendidas, menospreciadas y agredidas. Por ello, hemos optado por visibilizarlos y combatirlos.
Pero en las redes no sólo pasa esto. Muchos han encontrado en estas herramientas de comunicación nuevas oportunidades para dar a conocer los hechos, relacionarse con diferentes grupos feministas o realizar potentes campañas de denuncia. La semana pasada se aprobó en el Parlamento de Gasteiz, por iniciativa propia, al igual que anteriormente se hizo en el Parlamento de Nafarroa, la puesta en marcha de un proceso para iniciar planes de reparación para las víctimas y supervivientes de la Violencia Machista. Y quiero relacionar esto con lo que decíamos al principio. La reparación tiene un camino individual, necesario, que es el camino que hay que recorrer con la persona que ha sufrido la violencia, respetando sus necesidades, su tiempo y sus formas. Pero existe la responsabilidad de reconocer todas estas violencias, visibilizarlas y anular ese pacto social que las sustenta, y eso se hará con cauces colectivos de reparación. Para ello, necesitaremos espacios de colaboración, desde el ámbito municipal, el movimiento feminista y las instituciones. Pero, para cambiar de lado las vergüenzas y los miedos, necesitaremos también una gran organización feminista en redes, calles, lugares de trabajo, instituciones, plazas, paredes... Por eso, el 25 de noviembre, tomaremos las calles y proclamaremos en voz alta que el miedo ha cambiado de lado y que ante la vergüenza, el orgullo por el movimiento feminista y por los avances que ha dado, es nuestro.
Oihana Etxebarrieta (Secretaria feminista de EH Bildu)