AKTUALITATEA

| 2022-04-04

EH Bildu se reunirá mañana con Iñigo Urkullu, dentro de la ronda de contactos que está manteniendo el lehendakari con los partidos vascos. La responsable de política institucional de EH Bildu, Ainhoa Beola, ha comparecido esta mañana ante los medios para explicar la postura que va a traladar la izquierda soberanista a la reunión. Beola ha señalado que están dispuestos a alcanzar acuerdos y que reclamarán medidas valientes y cambios estructurales para hacer frente a una crisis que no es coyuntural.

Texto completo de la rueda de prensa:

La guerra y sus consecuencias han agravado este escenario de emergencia que ya venía mostrándose cada vez más cruda, y necesitan por tanto una visión dual que enfrente la transformación estructural del modelo energético, económico y social, a la par que active medidas paliativas frente a la perdida de bienestar social y económico a la que se enfrenta la ciudadanía. La primera será la única forma de asegurar condiciones de vida dignas a medio y largo plazo. La segunda, el escudo de protección a activar mientras esa transformación se produce.

Las consecuencias más lesivas que han generado las sucesivas crisis del 2008, la Covid y la guerra de Ucrania, están siendo soportas por la ciudadanía, por las familias y le tejido productivo de nuestro país. Consecuencias que han generado la precarización de nuestras vidas, la devaluación de los sueldos, el cierre de cientos de pequeñas empresas, la destrucción de pequeños productores del primer sector o el desmantelamiento de la flota pesquera vasca, y la fuga de conocimiento y mano de obra cualificada con una juventud obligada a emigrar. Cada vez son más las mujeres y hombres que a duras penas pueden llegar a fin de mes, incapaces de enfrentar un gasto imprevisto.

La gravedad de la actual situación, nos obliga a repensar las prioridades de actuación y la asignación de recursos. Se requiere un gran cambio en las políticas públicas vascas y una reevaluación de las inversiones en curso, ya que nos adentramos en una coyuntura económica de escasez donde las necesidades de inversión y gasto público para acometer las diversas transiciones, y adecuar nuestras estructuras sociales a la nueva era, van a ser elevadas.

Pero además, las instituciones debemos de acordar estrategias de país para desde lo propio, revertir una situación que lejos de ser coyuntural, se está convirtiendo en estructural. Se equivoca quien piensa que a esta situación se le puede hacer frente con medidas paliativas. Hacen falta cambios estructurales. Y esto pasa por diseñar unas políticas públicas sustentadas en estrategias industriales, productivas, energéticas y sociales que redirijan nuestro país hacia una realidad autosuficiente, colaborativa y equitativa.

Esta es la línea de actuación de las medidas que estamos presentando en las diferentes instituciones para hacer frente a la crisis que, como decíamos, afecta sobremanera a las familias y a las empresas. Como sabéis, mañana tenemos un encuentro con Iñigo Urkullu dentro de la ronda de contactos que está manteniendo el lehendakari con los partidos de la CAV. A esa reunión EH Bildu va a trasladar las mismas líneas de actuación que hemos expuesto aquí.

Mañana volveremos a exponer a Urkullu esa necesidad. El lehendakari no puede volver a repetir los errores cometidos durante la pandemia y esta ronda de contactos no puede quedarse en una simple fotografía. No se puede limitar a escuchar a quien piense igual que él. Insistimos en la necesidad de fomentar una mesa o foro donde participen los partidos, empresarios, sindicatos, universidades y diferentes agentes de este país para buscar la mejor solución a la crisis que estamos viviendo.

Además de diálogo y voluntad para alcanzar acuerdos, es momento de que las inversiones públicas se dirijan a cubrir las necesidades de la sociedad vasca y no a engordar las cuentas públicas. El Gobierno Vasco cuenta con 1.800 millones de euros en remanente. Es injustificable que en plena crisis sanitaria y socioeconómica se haya acumulado ese remanente. No valen excusas. Durante estas semanas hemos podido comprobar que lo que nos decían que era imposible, como modificar el precio de la energía, es posible cuando existe voluntad política.

Urkullu sabe, al igual que sabe la ciudadanía vasca, que EH Bildu está dispuesta a alcanzar acuerdos. Pero deben ser acuerdos de contenidos valientes que sean capaces de responder a esta situación que no es coyuntural y que ha llegado para quedarse. Acuerdos para implementar medidas paliativas sí, pero para poner en marcha cambios estructurales también. Pero esos acuerdos tienen que estar dirigidos, por un lado, a paliar la situación de emergencia que viven las familias y las empresas vascas y, por otro lado, a iniciar los cambios estructurales que requiere este país. Insistimos: quien cree que esta situación es coyuntural y que con simples medidas paliativas se va a solucionar se equivoca.

Debemos aprovechar esta complicada situación para buscar acuerdos que nos lleven a consensuar las estrategias de país para el futuro. Llevamos años reclamando y escuchando, también con voces del propio Gobierno Vasco, la necesidad de abordar un debate sobre la reforma fiscal que necesita este país. Aprovechemos el momento y pongámonos como prioridad realizar un reparto justo de la riqueza que genera este país. Porque tenemos que tener claro vamos a necesitar más ingresos para poder afrontar una situación que es grave.

Tenemos un IPC desbocado, cercano ya a los dos dígitos, que está suponiendo una prueba de estrés para las economías familiares y para las empresas. Seguir con los mismos sueldos con los precios desbocados supone un nuevo empobrecimiento de las familias vascas. Nos encontramos ante una necesidad acuciante de adecuar los sueldos a la subida del IPC.

A su vez, se deben ampliar las condiciones de acceso a las ayudas sociales.

Por último, pero no menos importante, creemos que en la situación de crisis que vivimos se deben revisar las inversiones recogidas en los presupuestos, ya que las prioridades a día de hoy pasan por destinar más dinero público en la ciudadanía vasca, la industria vasca y el primer sector vasco.