AKTUALITATEA

| 2021-05-13

A iniciativa de EH Bildu, toda la oposición ha reprobado hoy la actuación de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, en el caso de las vacunas VIP. El PNV y el PSE se han valido de su mayoría absoluta para impedir que la reprobación saliera aprobada, pero ni aun así han podido esconder la debilidad política del Gobierno Urkullu, ya que servirse de la mayoría absoluta para impedir que se aclare qué ocurrió de verdad en los hospitales de Basurto y Santa Marina con las vacunas VIP y para tapar las mentiras de la consejera lo único que manifiesta es debilidad.
Tal y como ha afirmado Rebeka Ubera, “un gobierno puede acertar o no a la hora de gestionar los problemas, y eso es algo que puede ser comprensible y hasta aceptable. Pero lo que no es aceptable, lo que es inaceptable, es mentir, como lo es también utilizar la mayoría absoluta para encubrir esas mentiras, y eso es lo que han hecho en este caso la consejera de Salud y los grupos que sostienen al Gobierno. Por eso hemos pedimos que el Parlamento repruebe su actuación. Ese es el debate de fondo que tenemos hoy, si la mentira es o no es un instrumento político aceptable para defender la gestión de un gobierno. Nosotras tenemos claro que no lo es, que el Gobierno siempre tiene que decir la verdad a la gente, y en el caso de las vacunas irregulares no ha sido así”.
Tras recordar que PNV y PSE han vetado en el Parlamento las comparecencias de las demás partes implicadas en el caso, solicitadas por la oposición para aclarar lo sucedido, la parlamentaria de EH Bildu ha subrayado que “la sociedad vasca tiene derecho a conocer toda la verdad y el PNV y el PSE le deben una explicación: ¿por qué quieren imponer el relato único de la consejera Sagardui? ¿Por qué no quieren que se escuche a las demás personas implicadas? ¿A qué tienen miedo? ¿Qué quieren ocultar? ¿De verdad piensan que es creíble que el gobierno se ha investigado a sí mismo con rigor y honestidad? No nos merecemos un gobierno que nos mienta, que maneje las vacunas o todo lo que llega a sus manos como si fuesen de su propiedad y haga y deshaga a su antojo, como si este país fuera suyo o este parlamento fuera su cortijo, y que además no asume su responsabilidad”.