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Golpes sin castigo: otro caso de impunidad policial

Oscar Sánchez | 2025-07-04 12:17:00

El reciente caso de violencia policial en Romo, donde un agente de la Policía Local golpeó a un detenido ya inmovilizado en el suelo, según un vídeo difundido por NAIZ, pone de manifiesto una problemática estructural: la impunidad con la que operan ciertos agentes de las fuerzas de seguridad y la falta de mecanismos efectivos para garantizar justicia. Este incidente no es un hecho aislado, sino un reflejo de un sistema que, lejos de proteger a la ciudadanía, a menudo ampara a quienes abusan de su autoridad. La indignación que genera este caso debe servir como un llamado urgente a reformar los procedimientos de control y sanción de las actuaciones policiales.

Uno de los principales problemas radica en las penas irrisorias que enfrentan los agentes implicados en casos de violencia. Cuando un policía comete un acto de abuso, como los puñetazos propinados al detenido en Romo, cuando se encontraba ya inmovilizado en el suelo, como se puede ver en las imágenes, las consecuencias en los pocos casos que las hay, suelen ser mínimas: multas leves, suspensiones temporales o, en el mejor de los casos, procesos judiciales que se dilatan y terminan en sanciones desproporcionadamente bajas. En contraste, cuando un ciudadano es acusado de un delito de atentado contra la autoridad o de resistencia, las penas son notablemente más severas, con condenas que pueden incluir años de prisión. Esta disparidad evidencia un sistema que protege a los agentes por encima de la ciudadanía, perpetuando una percepción de intocabilidad policial que erosiona la confianza en las instituciones.

Otro aspecto alarmante es la falta de investigaciones independientes y rigurosas. Las denuncias por abuso policial suelen recaer en los propios cuerpos de seguridad o en instancias cercanas, lo que compromete la imparcialidad. En el caso de Romo, el Ayuntamiento asegura que la detención “se ajustó a los procedimientos establecidos” y que el caso será revisado por la Comisión de Control y Transparencia del Gobierno Vasco, pero esta respuesta suena más a una formalidad que a un compromiso real con la justicia. Si golpear dos puñetazos en el suelo a una persona reducida se ajusta a los procedimientos establecidos, apaga y vámonos. El principio de veracidad, que otorga una presunción de credibilidad a los atestados policiales, actúa como un escudo protector para los agentes, especialmente cuando no hay pruebas contundentes como un vídeo. Incluso cuando existen grabaciones claras, como en este caso, las administraciones tienden a actuar con extrema cautela y justificando la actuación policial, llegando a defender al policía acusado en un hipotético proceso judicial, mientras que las acusaciones policiales contra ciudadanos se tramitan con rapidez, sin cuestionar la versión oficial y si el caso es mediático condenando públicamente y sin paliativos los hechos.

La ausencia de un mecanismo de control externo e independiente agrava esta situación. Herramientas como las cámaras corporales, que podrían ser útiles, pierden eficacia cuando los agentes tienen la potestad de decidir cuándo grabar y cuándo no, lo que facilita el uso sesgado de las mismas. Esta falta de transparencia contrasta con la necesidad de un sistema que garantice investigaciones imparciales y sanciones proporcionales. El caso de Romo no debe quedar en una mera anécdota; debe ser el punto de inflexión para exigir justicia y transparencia.

Sin autobuses y sin rotonda (funcional): ¿historia de una cabezonada?

Ibon Rodriguez Larrinaga | 2025-04-24 08:41:00

Vecinos y vecinas de Andra Mari y Azkorri están sufriendo las consecuencias de una cabezonada municipal (o estamos ante otros motivos) y de un aparente pulso entre instituciones. La cuestión es que el uno por el otro la casa sin barrer y los vecinos y vecinas de Zientoetxe y estradas cercanas sin autobús.

Cuando los conductores de Bizkaibus dijeron que la forma en la que daban la vuelta en Azkorri no era segura (2018) el Ayuntamiento decidió construir una rotonda (2020). Hasta aquí todo bien, lento pero bien. Lo que fue una sorpresa y posterior fuente de conflicto fue el lugar elegido: decidieron construirla más abajo de dónde los autobuses daban la vuelta.

Fuimos muchos los que en 2020 nos sorprendimos con el lugar elegido, y pedimos explicaciones, pero ya no sabemos a qué atenernos. En su momento nos dijeron que allí no había sitio, cuando la evidencia visual decía lo contrario, hoy hace escasamente una semana nos dijeron que no se construyó allí arriba porque parte del terreno era privado. A simple vista el espacio asfaltado ya era en su momento más grande que el elegido para la rotonda, pero bueno. Si la dificultad real era la propiedad privada de parte de los terrenos, resulta evidente que existen herramientas para solucionar la situación, desde la compra hasta la expropiación. La pregunta es ¿de quién eran los terrenos?

La cuestión es que PNV y PSE, desoyendo a todo el mundo, construyeron la rotonda donde quisieron y sin molestar a los propietarios del terreno que parecía el idóneo. Y cuando lo hicieron vulneraron la ley. Y cuando vulneraron la ley, la asociación Azkorri Bizirik en 2021, ante la habitual sordera municipal, acudió a los tribunales, y en 2023 el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco le dio la razón y obligó al ayuntamiento a reponer los terrenos a su estado original.

Casi dos años después, fiel a su proverbial diligencia y eficacia, el equipo de gobierno de PNV y PSE aborda la obra impuesta por el TSJPV, y al parecer lo hacen sin contar con la Diputación Foral de Bizkaia que ni corta ni perezosa ha eliminado “temporalmente” el servicio de autobús a los vecinos y vecinas de Azkorri (qué culpa tendrán ellos y ellas).

Ahora PNV y PSE exigen a la Diputación, pero se me antoja, que ya que han hecho todo tarde, podían haber hablado antes, y buscar una solución: construir la rotonda en el lugar que todo el mundo esperaba utilizando los recursos que la ley pone a disposición de la administración para hacer valer el interés público, poner un servicio auxiliar de autobuses más pequeños o incluso utilizar el parquin para dar la vuelta y así se matan dos pájaros de un tiro (menos coches y mas transporte público en un entorno que hay que proteger).

La respuesta del Ayuntamiento es esperar al santo grial del PGOU. Ese plan que trata de corregir la aberración cometida en 2001, que lo hace mal y sigue apostando por el cemento, y que lleva, si es que llega, con 16 años de retraso. La respuesta es otra cabezonada, no vaya a ser que les salga urticaria por reconocer que se equivocaron.

¿Y por qué los conductores de autobús se quejaron en 2018 y no antes? Es conocida aquella megalomanía del PNV que pensó hace 25 años que sería un acierto construir casas hasta en las macetas de los balcones, tornar gris todo lo verde. Azkorri sucumbiría al cemento en el ideario de los batzokis de Andra Mari, Areeta y Algorta. Pensaron mas tarde que tal vez no fuese buena idea, y sin cambiar un PGOU naturicida por ellos aprobado comenzó un largo periplo de dilaciones, algún que otro enfrentamiento judicial con grandes propietarios y permisos en precario. De esta forma se generan nuevos usos en una zona que hay que proteger y también aumenta el tráfico privado (seguro que aquí el Covid también tiene la culpa).

Llegan las cabezonadas municipales (o tal vez no tan cabezonadas como apunta Elortegi), cabezonadas como las de hoy, una rotonda que no cumple con el PGOU que el PNV aprobó. El mismo PNV que quiere sentarse a esperar al nuevo PGOU mientras los vecinos y vecinas de Andra mari, Azkorri y Zientoetxe se quedan sin autobús. 

Subflubiala gelditu behar dugu!

Helena Franco Ibarzabal | 2025-02-03 12:27:00

2025. urtean, aldaketa klimatikoari buruzko alarma guztiak piztuta daudenean eta trantsizio ekologikoaren beharra nahiko modu orokortuan onartuta dagoenean, nekez uler daiteke garraio-eredu zaharreko proiektuekin tematzea.

Garraioaren inpaktu ekologikoaren datuak oso kezkagarriak dira. Batzuk ematearren: IHOBEk argitaratu duenez, eta EAEra mugatuz, garraioak eragiten ditu berotegi efektuko gasen isurketen %36, eta isurketa horiek etengabe ari dira handitzen (1990 eta 2022 urteen artean bikoiztu egin dira, eta hurbilago etorrita ere, 2005 eta 2022 artean %17ko hazkundea izan dute). Urtealdi horretan (2005-2022) garraioa izan da isurketetan gorantz egin duen sektore bakarra, besteetan, hala nola industrian, etxebizitzetan edo energetikoan, joera beheranzkoa izan baita. EVEren 2022ko datuak ere ildo beretik doaz: energia-kontsumoa sektore guztietan beherantz doa, salbu garraioan; eta intentsitate energetikoan gauza bera gertatzen da.

Beste sektoreetan egiten ari dena goraipatu gabe (horietan ere motel eta konbentzimendu handirik gabe jokatzen ari baitira gure agintariak) argi dagoena hauxe da: garraioan ez dela ezer egiten ari!! Ez dago inolako plangintzarik edota politikarik jasangarritasunaren bidea garatzen hasteko; alderantziz, esango nuke, eredu zaharra luzatu nahian dabiltza, herritarren interesen eta planetaren biziraupenaren gainetik sektore energetikoaren eta automobilaren industriaren interesak lehenetsiz.

Ordua da (aspaldi behar zuen, baina tira) garraio-eredu zaharra atzean utziko duen proposamen jasangarri bat diseinatu eta martxan jartzeko. Ezinbestez mugikortasun beharrak gutxitzetik etorri beharko dena eta errepideari egun daukan gehiegizko protagonismoa kenduz. Lurzoruen erabilera orekatuagoan oinarritu beharko da (produkzio, kontsumo, aisia edota etxebizitza arloak kontuan hartuz), desplazamendu beharrak murrizteko. Merkantzien trafikoaren parte handiena errepidetatik atera beharko da eta portu eta trenbideetara bideratu.

Eta bidaiarien trafikoari dagokionez, nahiko argi dago nondik jo behar den: kotxe pribatuaren erabilera nabarmenki murriztu behar da, ez dago besterik. Horretarako bidaiatzeko beharrak gutxitzearekin batera garraio publikoa sustatu beharko da, eraginkortasuna eta erosotasuna bermatuko duen kalitatezko eskaintza baten bitartez; desplazamendu laburretan motorizatu gabeko moduak (oinez edo bizikletaz mugitzea) bultzatzearekin batera.

Premiazkoa da garraio-eredu jasangarri baterako trantsizio azkar bat egitea, berandu baino lehen. Ondo landu beharko dena, eta eragile politiko, sozial zein ekonomikoen eta herritarren aldetik ahalik eta kontsentsu zabalenarekin. Baina hori egin bitartean ezin dugu arazoa larriagotu. Kontrakoa, noranzko egokian jokatzen hasi beharko dugu eta ezetz esan errepidezko garraioa eta kotxe pribatuaren erabilera areagotu nahi duten proiektu eta politikei.

Horregatik ezin gara besoak gurutzatuta geratu proiektu horietako bat gure muturren aurrean nola eraikitzen duten ikusita. Subflubialaz ari naiz, Getxo eta Sestao artean eraikiko den autobidea, itsasadar azpiko tunel baten bitartez.

Subflubialak kotxe gehiago jarriko ditu errepideetan. Aldundiak berak aurreikusten du trafikoa etengabe handituz joango dela: 2019arekin alderatuta 2038rako ibilgailu pribatuek egindako bidaiek %21eko hazkundea izango omen dute; 2048an %33ra iritsiko litzatekeena. Gainera ez ditu egun dauden errepideen saturazioak konponduko (zentzu horretan adierazgarria da Arrontegi zubian bertan beste errei bat egiteko asmoa ere badagoela). Bistakoa dena, trafikoa ez baita arinduko errepide-sisteman ibilgailu gehiago jarriz, bidaiariak garraio publikora eta merkantziak trenbidera bideratuz baizik.

Arduratsu jokatzeko unea da. Subflubiala ez da aurrera begira jartzen gaituen proiektu bat, eredu zaharrari lotzen zaion proiektu anakroniko bat baizik. Planetaren, gure herriaren eta herritarren etorkizun jasangarri eta hobe baten alde gaudenok badakigu zer egin behar dugun: subflubiala gelditu behar dugu! Eta borroka horretan hurrengo hitzordua, egun gutxi barru: otsailaren 8an denok Bilbora!