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Economia | 2023-04-26

Con la remisión al Parlamento del proyecto de ley entramos en la última fase de este proceso. Para cuando lleguemos a término, habremos realizado un recorrido de más de dos años y medio. Con algunas carencias y muchos altibajos pero podemos congratularnos de que, en esta parte del país, se ha debatido y mucho sobre el futuro de la educación vasca en todo este tiempo. La educación ha estado en la centralidad de la agenda política de muchas maneras y la discusión se ha extendido a foros muy diversos.

Y se están abriendo nuevas vías para seguir enriqueciendo el debate. Queremos poner en valor la mesa sindical anunciada la semana pasada, donde, además de cuestiones relacionadas estrictamente con las condiciones laborales, se abordarán contenidos relacionados con el Pacto Educativo. También cabe resaltar la aportación de Eusko Ikaskuntza por medio de las jornadas en torno a la segregación escolar del pasado mes.

Por nuestra parte, en estos últimos meses hemos intensificado con un amplio elenco de agentes relacionados con la función educativa. También hemos estado en permanente contacto con el Gobierno.

Fuimos críticos con el primer borrador de ley que se publicó allá por el mes de setiembre. Dijimos que había un amplio margen de mejora, que echábamos en falta cuestiones fundamentales claves del Pacto Educativo, y que necesitábamos un proyecto de ley que fuera fiel reflejo del Pacto Educativo.

Bien, pues hoy podemos decir que en el proyecto de ley aprobado en el día de ayer por el Gobierno observamos cambios fundamentales en la buena dirección:

  • Se regula el Servicio Vasco de Educación tal como se recoge en el Pacto educativo: las condiciones que deben cumplir los centros educativos a cambio de recibir fondos públicos.
  • Se han añadido medidas fundamentales contra la segregación y en favor de la inclusión.
  • Se han recogido medidas concretas para garantizar la gratuidad real.
  • Se han mejorado y definido con mayor concreción las cuestiones relativas al aprendizaje de las lenguas.

Antes de entrar en mayores detalles, creemos que es momento de alzar la vista y rememorar de dónde venimos pero sobre todo a dónde queremos ir. Lo hemos dicho más de una vez pero creemos pertinente reafirmarnos en ello: estamos frente a una oportunidad histórica de dar un salto en la construcción de la educación vasca en estos tres territorios, ante una oportunidad histórica de abrir una nueva fase en la educación vasca.

¿Cómo visualizamos esta transformación? Valiéndose de lo mejor de cada tradición del universo educativo vasco. Dicho resumidamente: visualizamos una transformación del sistema educativo armonizando la capacidad de autogestión de las Ikastolas y el empuje igualitario de la escuela pública. Es el momento de dar el salto, de ambicionar la transformación del conjunto del sistema. Ciertamente, no es una opción quedarnos donde estamos.

Y creemos que en este proyecto de ley hay bases suficientes para dar comienzo al debate parlamentario y llegar a una buena Ley de Educación en esta legislatura. Por supuesto, EH Bildu presentará sus enmiendas, ya que creemos que hay elementos que pueden ser mejorados, y el objetivo es, siempre, conseguir la mejor ley.

Esta misma semana haremos pública una valoración más detallada de este proyecto de ley, pero podemos adelantar algunos elementos de interés:

  • Con la definición del Servicio Vasco de Educación queda clara la apuesta por la confluencia entre tradiciones educativas. El Servicio Vasco de Educación se compone de centros que manifiestan interés social o compromiso con el valor público. Los requisitos a cumplir se expresan claramente, por lo que se proyecta un sistema integrado por centros en igualdad de derechos y obligaciones. Una confluencia de tradiciones pero en base a reglas de juego claras.
  • Se recogen las medidas clave a favor de la inclusión: entre otras, preservar el equilibrio entre oferta y demanda, asignar el mismo índice de vulnerabilidad a los centros de cada área de influencia y regular el acceso del alumnado para la consecución de este fin. Hoy, conociendo este proyecto de ley y el decreto de admisión, podemos decir que cada uno de los puntos recogidos en la Iniciativa Legislativa Popular por una Escuela Inclusiva, presentada en 2018, es norma.

Esto es una victoria. Está todo por hacer, sí. Pero debemos tener en cuenta que lo que hace apenas cinco años ni tan siquiera se tomaba en consideración hoy ya es norma, lo que supone en gran medida un triunfo de los agentes defensores de la escuela pública, ya que han sido ellos quienes han traído a primera línea el problema de la segregación y lo han situado en el centro del debate educativo.

  • Y en cuanto al aprendizaje de lenguas, este proyecto de ley trasciende los modelos lingüísticos y nos sitúa en un nuevo paradigma de la política lingüística, cuyo objetivo es la capacitación plurilingüe plena del estudiantado, explorando los límites de la capacidad de la escuela para ello.

El artículo 6.2 del Estatuto de Gernika y el artículo 17 de la Ley del Euskara establecen como objetivo que el Gobierno Vasco hará uso de las medidas y medios necesarios para asegurar el conocimiento de ambas lenguas. Tras 30 años de experiencia acumulada, pasamos a un nuevo planteamiento, el Marco Plurilingüe con el euskara como eje central, precisamente para tratar de dar cumplimiento a ese mismo objetivo.

Vemos con buenos ojos que en los motivos de la ley se haya añadido que el euskara se encuentra en una situación minoritaria y minorizada, que se vincule el aprendizaje del euskera a la transmisión de la cultura vasca y que se recoja la obligación de regular la evaluación de los proyectos lingüísticos de los centros.

 

Por otra parte, observamos un evidente déficit en este proyecto de ley: consideramos que el relato político que se hace en la exposición de motivos no es completo. Falta el país: Euskal Herria. Los retos sociales se describen de forma muy acertada pero falta la definición de la comunidad política que se enfrenta a ellos. Si tomamos como referencia la Ley del Sistema Universitario Vasco de 2004 o la Ley Municipal de 2016, es evidente que hay mucho margen de mejora en este sentido. Por otra parte, consideramos que decir que la ley de la Escuela Pública Vasca de 1993 fue aprobada con un amplio consenso social y político no se corresponde con lo que ha ocurrido en este país. Apostamos por una lectura compartida del pasado que recoja las diferentes sensibilidades existentes en la comunidad educativa en particular y en la sociedad vasca en general.

Con todo, queremos decir que estamos ante una oportunidad que no podemos dejar perder. Tenemos por delante largos meses de trabajo hasta que se apruebe la ley. EH Bildu presentará sus enmiendas y mostramos nuestra disposición a llegar a consensos con el resto de partidos y agentes.

Estamos ante la posibilidad de un pacto de Estado en una parte de este país. Nos ceñimos a las tres provincias pero trabajamos en un ámbito de la construcción nacional estratégico. Este es un proceso de gran trascendencia política en términos nacionales, que puede servir de guía a otros territorios vascos.

Tenemos la responsabilidad de que este proceso llegue a buen puerto. Por nuestra parte, intentaremos dar lo mejor de nosotras mismas, tal como hemos tratado de hacer hasta ahora.