El Gobierno vasco ha aprobado una línea de avales públicos con el objetivo declarado de facilitar a la juventud el acceso a la compra de vivienda. Aunque esta medida se presenta como una herramienta para apoyar la emancipación, desde EH Bildu advertimos con claridad que no estamos ante una política de vivienda, sino ante una política bancaria que beneficia a las entidades financieras y alimenta el mercado especulativo de la vivienda.
En un contexto en el que el acceso a la vivienda es uno de los principales obstáculos para la juventud, las soluciones no pueden volver a pasar por fórmulas que ya fracasaron en el pasado y que comprometen recursos públicos al servicio de los intereses privados. El plan de avales del Gobierno vasco no solo no aborda las causas estructurales de la crisis de la vivienda, sino que profundiza en ellas.
El núcleo de esta medida consiste en garantizar con dinero público hasta el 100 % del precio de una vivienda, supliendo el 20 % que habitualmente no cubren las hipotecas concedidas por los bancos. De este modo, se traslada al conjunto de la ciudadanía el riesgo financiero que las entidades no están dispuestas a asumir. Así, las entidades bancarias se aseguran un negocio sin riesgo, mientras que los fondos públicos quedan expuestos si se producen impagos. Es un modelo en el que las ganancias se privatizan y las pérdidas se socializan.
Resulta profundamente contradictorio que, mientras el Gobierno vasco afirma querer impulsar políticas públicas de vivienda y frenar la especulación, promueva a la vez un plan que fortalece el poder de los bancos y dinamiza el mercado inmobiliario privado. Esta línea de avales no solo no contribuye a contener los precios de la vivienda, sino que los puede encarecer aún más al aumentar artificialmente la demanda compradora.
Es significativo, además, que sea una consejera del PNV quien presente dicha medida, teniendo Vivienda una consejería propia en el Gobierno, ostentada por el PSE. Nada nuevo, ya que el lehendakari contraprogramó la celebración del décimo aniversario de la Ley de Vivienda con un anuncio, al tiempo que el PSE se esforzaba por poner en valor una ley de medidas urgentes. En definitiva, un juego de equilibrios con el primer problema de la ciudadanía, la primera preocupación: la emergencia habitacional. Política partidista que prioriza el titular y la foto, pero que en realidad no soluciona absolutamente nada, sino que agrava el problema.
Frente a lo que plantea este programa, EH Bildu defiende que los recursos públicos deben orientarse a la construcción y puesta a disposición de un parque público de vivienda en alquiler, estable, asequible y no especulativo. Es ahí donde está la clave para garantizar el derecho a la vivienda, también para las personas jóvenes.
El discurso del Gobierno vasco oculta una lógica de política pública que se aleja del derecho a la vivienda como bien social, reforzando su carácter de mercancía al financiar con fondos públicos una vía de acceso a la propiedad inalcanzable para gran parte de la juventud y que beneficia especialmente a quienes ya cuentan con mayores recursos o estabilidad económica. Esta medida no solo contradice la responsabilidad del Gobierno vasco de liderar una política pública de vivienda estructural, ambiciosa y de largo recorrido, sino que, en lugar de priorizar la intervención directa en el mercado y el refuerzo de la oferta pública, opta por el rescate preventivo de los bancos y la subordinación a la lógica del mercado.
Desde EH Bildu apostamos por construir un sistema de vivienda al servicio de las personas y no de los beneficios financieros. Es urgente y posible levantar un parque público fuerte, impulsar la rehabilitación y movilización de vivienda vacía, fomentar nuevas formas de tenencia y garantizar un acceso justo, especialmente para quienes más lo necesitan. Para ello propusimos el 22 de mayo, por boca de Pello Otxandiano en el Parlamento Vasco, crear un fondo público específico para la promoción de vivienda pública.
Este plan de avales no derriba ningún muro. Al contrario, levanta uno nuevo entre las políticas públicas transformadoras y las recetas del pasado que ya demostraron su fracaso. El muro que hay que derribar es el de la especulación, no el que impide a los bancos ampliar su negocio hipotecario sin asumir riesgos.
Por eso, desde EH Bildu decimos con claridad: con dinero público, vivienda pública. No más negocio privado a costa de todas y todos.