AKTUALITATEA


| 2022-10-23 09:55:00

Sobre la bocina, el último día de plazo la consejera Tapia firmaba el pasado 7 de octubre el documento que permitirá a los vinos alaveses salir al mercado con una marca propia. Días después, con la publicación en el Boletín Oficial del País Vasco se concedía a la Denominación de Origen “Arabako Mahastiak / Viñedos de Álava” su protección nacional transitoria. Se trata de un paso administrativo que permitirá a Rioja Alavesa comercializar sus vinos en el conjunto del estado, mientras se resuelve definitivamente la creación de esta nueva denominación en Europa.

 

Se abre por fin así la vía a la reiterada demanda de diferenciación de los vinos de Rioja Alavesa. Una diferenciación que recaba un amplio consenso en la comarca. Una diferenciación que, ante décadas de maltrato de la DO Rioja a las bodegas de Araba, se antoja estratégica para una comarca que por sus especificidades y orografía no encaja, ni encajará, en la estrategia expansiva de los grandes grupos que mantienen un férreo control del Consejo Regulador de la DO Rioja.

 

Se ha abierto por tanto la espita para explorar un nuevo futuro para las bodegas de Rioja Alavesa. Un futuro que se antoja incierto, sí; pero, a la vez, arroja un rayo de esperanza para las pequeñas y medianas bodegas del territorio y para un modo de hacer vino histórico, pegado a la tierra, que se hallaba en vía muerta bajo el yugo de la DO Rioja.

 

Y es justo reconocer que la vía para la diferenciación no es fruto de la iniciativa, la colaboración o el apoyo de las instituciones que debieran proteger a las bodegas del territorio. Ha sido fruto del esfuerzo, la visión, el arrojo y la iniciativa de las pequeñas y medianas bodegas que durante 7 años se han enfrentado a todo tipo de dificultades y no han cejado en el empeño de abrir un camino que procure un futuro digno a sus negocios y al conjunto de la comarca de Rioja Alavesa.

 

Las instituciones alavesas y autonómicas se han pasado años mareando con el callejón sin salida de la subdenominación bajo el paraguas de Rioja, al tiempo que apuraban todos los plazos para tratar de retrasar la creación de «Arabako Mahastiak / Viñedos de Alava». Por su parte, las instituciones Riojanas y Estatales se alineaban con los intereses y la cerrazón de los grandes grupos de Rioja. Mientras tanto, las bodegas impulsoras de la nueva DOP, de manera discreta pero rotunda, han ido dando los pasos necesarios para poder explorar un nuevo camino que garantice un legado a las próximas generaciones. Así han llegado contra viento y marea, hasta Bruselas y consiguiendo, como primera escala, la posibilidad de comercializar sus vinos a nivel estatal.

 

La reacción furibunda de la DO Rioja, por supuesto, no se ha hecho esperar anunciando nuevos recursos y una guerra sin cuartel contra aquellos y aquellas que osen caminar un camino alternativo. Está reacción no hace sino confirmar que no existe, hoy en día, vía acordada posible. Que la única opción es iniciar el camino en solitario.

 

Por eso es más necesario que nunca exigir a las instituciones del país que abandonen su actual tibieza y apoyen y acompañen sin ambages a esta nueva Denominación. Porque el camino no será sencillo, por que sus adversarios son grandes y poderosos y, sobre todo porque de ello depende el futuro socioeconómico de Rioja Alavesa.

 

El nacimiento de «Arabako Mahastiak / Viñedos de Alava» es, por tanto, una muy buena noticia para Araba y el conjunto del país. No solo por que a partir de ahora contamos con una nueva Denominación de Origen Protegida, también porque se abre la vía para desarrollar un modelo de viticultura adaptado a nuestra realidad y orografía que ponga fin al desangramiento y la desaparición constante de decenas de bodegas y con ellas de un modelo de gestión de la tierra que nos ha legado una maravilla como es la comarca de Rioja Alavesa.

 

«Arabako Mahastiak / Viñedos de Álava» ya está aquí y ha llegado para quedarse. Sólo por el cariño, el trabajo y el tesón que ha supuesto que viera la luz se merece el cuidado y el buen trato por parte de nuestras instituciones. Al menos, al nivel del resto de las denominaciones de origen del país.