Si queremos luchar contra el cambio climático debemos descarbonizar nuestra actividad en general y la industrial en particular. Más si cabe teniendo en cuenta que en Euskal Herria, el CO2 directo e inducido de la industria supera el 45% del total de emisiones. Teniendo en cuenta que la electricidad que consumimos está descarbonizada en un 75%, la vía más directa y eficiente para reducir emisiones es electrificar. La industria lo sabe perfectamente y está en ello, pero existen diversos cuellos de botella que están ralentizando este proceso.
Muchos planes y proyectos de electrificación se acumulan sin ejecutarse, por múltiples razones. Los accesos a nueva potencia eléctrica llegan a cuentagotas porque la inversión en redes eléctricas está limitada legalmente. La falta de flexibilidad en la planificación eléctrica eterniza los tiempos de espera. La estructura fiscal penaliza la electrificación respecto a los combustibles fósiles. Y, por si fuera poco, en lugar de aprovechar la ventaja de precio que ofrecen las renovables, la industria, especialmente la electrointensiva, termina pagando precios más altos que sus homólogas europeas, tanto por una estructura desfavorable de fijación final de precios como por unos incentivos comparativamente adversos.
Con todo esto en mente y en contacto permanente con los agentes implicados, EH Bildu presentó una moción en el Congreso con una batería de medidas para solucionar los problemas descritos. La moción se debatió en el pleno y, tras acordar una transaccional con las fuerzas que conforma el Gobierno, se aprobó el 19 de junio. Las mociones, a falta de plasmarse en leyes o presupuestos, siempre tienen el riesgo de quedarse en una mera declaración de intenciones y se guarden en un cajón. Pero en este caso, el hecho de que el Gobierno estuviera preparando el Real Decreto-Ley de medidas vinculadas al apagón, ha jugado a nuestro favor al hacer posible negociar e introducir la mayoría de las medidas que proponíamos.
El RDL 7/2025 apuesta por reforzar el sistema eléctrico y recoge, gracias al impulso de EH Bildu a la electrificación industrial, el fin de la discriminación fiscal de los hornos industriales eléctricos respecto a los hornos de combustibles fósiles, a través de un cambio normativo en las reglas del Impuesto sobre Actividades Económicas.
El acuerdo logrado incluye, además, una flexibilización de la planificación de Red Eléctrica, que podrá modificarse cada dos años e incluso se habilitará al Ministerio de Transición Ecológica a realizar modificaciones puntuales. Se recuperará también el mecanismo de apoyo a las industrias electrointensivas dotado con 250 millones de euros. Más allá de las medidas incluidas en el decreto, hemos alcanzado un acuerdo para habilitar una línea de ayudas de 300 millones de euros para la electrificación industrial con cargo al Fondo de Eficiencia Energética.
Todas ellas son medidas urgentes e importantes de cara a la adaptación de la industria vasca. La mayor parte de las medidas acordadas en la moción han tenido su reflejo en el decreto, si bien aún quedan pendientes cuestiones como la elevación del límite de inversión en redes o la posibilidad de anticipar inversiones a través del Concierto Económico. Temas por los que seguiremos peleando y presionando al Gobierno.
EH Bildu seguirá trabajando para que el decreto se convalide en el Congreso lo antes posible. Esperamos que la histeria permanente en la que se ha convertido la política española no se lleve por delante un decreto que contiene mejoras evidentes para la industria vasca, en un momento crucial en el que escasean las buenas noticias. ¿Será mucho pedir un poco de altura de miras, responsabilidad y visión estratégica?