El salario mínimo interprofesional fija la retribución mínima para todas las personas trabajadoras en todas las actividades económicas, esto es, un suelo salarial por debajo del cual nadie puede estar. Por lo tanto, tiene la función de proteger a los sectores laborales más precarios, mayoritariamente sectores feminizados y/o sectores sin la protección que otorga la negociación colectiva. Así, un salario mínimo adecuado y suficiente es uno de los elementos que puede determinar la línea divisoria entre empleo de calidad y empleo precario.
Si los salarios mínimos se fijan en cuantías adecuadas y suficientes, su protección puede contribuir a garantizar una vida digna a las personas trabajadoras, reforzar los incentivos al empleo y reducir tanto la pobreza de las personas ocupadas como la desigualdad en el tramo inferior de la distribución salarial. Por ello, la protección de un salario mínimo adecuado puede contribuir a la igualdad de género y a mejorar las condiciones de vida de la gente joven y migrante, que son quienes se encuentran en la parte salarial más baja.
El actual reparto competencial deja en manos del Estado, previa negociación con los agentes económicos y sindicales estatales, la fijación normativa de un salario mínimo interprofesional uniforme al margen de la realidad socio económica de los diferentes territorios. Esto tiene como consecuencia que el salario mínimo interprofesional pierda su finalidad protectora suficiente en el ámbito vasco.
La Carta Social Europea, el Convenio 131 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Directiva Europea 2022/2014 inciden en la necesidad de que en la fijación de la cuantía del salario mínimo se tenga en cuenta la realidad socioeconómica en la que debe de aplicarse. Para ello, habría que tener en cuenta la media salarial del territorio, las prestaciones de Seguridad Social, el nivel de productividad y el costo de la vida, como los precios de la vivienda, alimentación y energía, entre otros. Atendiendo a la Carta Social Europea, el salario mínimo interprofesional se debe corresponder con el 60% del salario medio a jornada completa del país.
Por otro lado, el convenio de la OIT reconoce también que la fijación de un salario mínimo “no es necesariamente incompatible con la fijación de diferentes tarifas de salarios mínimos en distintas regiones o zonas que permita tomar en cuenta las diferencias en el costo de la vida”.
Resulta evidente que los salarios mínimos que se vienen aplicando en nuestro territorio decididos por el Estado (1.134 euros brutos/mes por 14 pagas para el año 2024), son totalmente insuficientes en atención a la carestía de la vida, precio de vivienda y alimentación, nivel salarial, productividad… de Hego Euskal Herria.
La reivindicación de un salario mínimo propio es hoy una demanda unitaria del sindicalismo vasco que ha sido objeto de varias iniciativas por parte de EH Bildu en los parlamentos de Gasteiz e Iruñea. Para ello hemos venido solicitando un compromiso político para impulsar a través de la negociación colectiva la firma de un Acuerdo Interprofesional que fije un salario mínimo en atención a nuestra realidad socioeconómica. A pesar de que en el marco de los presupuestos para el año 2022 EH Bildu llegó a sendos acuerdos con los gobiernos de Gasteiz e Iruñea, ha faltado voluntad política para su desarrollo.
Para EH Bildu lo deseable sería (como lo demuestra la práctica de la mayoría de los Estados de la UE) poder contar con la competencia plena para legislar sobre esta materia. Se trataría de poder llegar a acuerdos, tras un deseable proceso de negociación colectiva con los agentes económicos y sindicales vascos, para en última instancia poder fijar normativamente su cuantía en cuanto que es responsabilidad política de cualquier gobierno en materia económica y socio laboral.
Aun así, la insuficiencia del actual marco competencial, la falta de soberanía, no puede eximir de la responsabilidad política de ir dando pasos hacia este objetivo.
Hasta conseguir la transferencia de esa competencia estamos obligados a actuar también con los instrumentos disponibles, como es la negociación de un Acuerdo Interprofesional. El último Acuerdo Interprofesional firmado en 2017 por todas las organizaciones empresariales y sindicales vascas en el ámbito de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa hizo posible defender el marco vasco de negociación colectiva ante la injerencia que supuso la reforma laboral de 2012.
Hoy, un Acuerdo Interprofesional en torno a un salario mínimo propio también podría desplegar importantes efectos y mejoras en el ámbito de las relaciones laborales vascas.
Para acabar, en el debate en torno al salario mínimo interprofesional vasco, así como en el que se está llevando a cabo en Madrid sobre la reducción de la jornada laboral, vuelve a quedar en evidencia la necesidad de más autogobierno en un nuevo estatus para poder contar con las competencias e instrumentos que nos permitan decidir aquí también la mejora de las condiciones de vida de la clase trabajadora vasca.
Pazis Garcia (EH Bildu)