AKTUALITATEA


| 2022-07-28 12:25:00

A pesar de que en las últimas semanas el Departamento de Salud ha negado reiteradamente que durante el verano haya hecho recortes en los centros sanitarios, la información que la propia consejera Gotzone Sagardui ha remitido al Parlamento en respuesta a la parlamentaria de EH Bildu Rebeka Ubera indica todo lo contrario; es decir, Sagardui confirma importantes recortes y, por tanto, avala que la denuncia que EH Bildu viene haciendo por ese motivo tiene una base sólida.

Según la información –Dokumentuak Erregistroa Txostena (legebiltzarra.eus)– facilitada por la consejera, el 44% (150) de los 335 centros de salud, ambulatorios y consultorios de Atención Primaria van a sufrir recortes entre el 22 de junio y el 22 de septiembre. En la mayoría de los casos se trata de reducir los horarios de atención, pero también hay 47 centros que van a sufrir cierres totales o parciales (en Galdakao-Barrualde, Tolosaldea, Goierri-Alto Urola y Donostialdea) y otros 18 atendidos solo por Enfermería, sin presencia de médicos y médicas (16 en Galdakao-Barrualde y 2 en Goierri-Alto Urola).

A la vista de los datos, Rebeka Ubera considera que hay un claro reconocimiento por parte de Sagardui de que los recortes denunciados por EH Bildu son reales: “En definitiva, Gotzone Sagardui está admitiendo que sí hay recortes. Es cierto que esta situación se ha hecho habitual cada verano, pero este año los recortes son notablemente mayores. Lo que está pasando es especialmente grave porque Atención Primaria ya venía tocada antes de la pandemia y ahora está aún más debilitada. Atención Primaria es la puerta de acceso a Osakidetza y reforzarla es más necesario que nunca, pero, en vez de hacer eso, el Departamento de Salud está cerrando más esa puerta. Además de falta de planificación y déficits de organización, está demostrando que tras esas decisiones subyace la voluntad de debilitar el sistema sanitario público, y al final es la ciudadanía la que sufre las consecuencias porque los máximos responsables de Salud y Osakidetza están tratando a la gente no como personas, sino como simples números”.