La futura reconversión de la Torre Satrustegi en un hotel de cinco estrellas con habitaciones gama premium, un bar-restaurante independiente y un balneario con spa es incompatible en una ciudad con un moratoria en vigor y cuya ciudadanía señala incluso en encuestas oficiales que el turismo ha tocado techo y que es suficiente.
Desde EH Bildu hemos defendido esta mañana en la comisión de Desarrollo y Planificación del Territorio una interpelación sobre la solicitud que este Gobierno Municipal ha he hecho al Gobierno Vasco para la modificación de la protección del edificio.
Tras escuchar a la delegada de Urbanismo y actual alcaldesa, Nekane Arzallus, debemos expresar nuestra preocupación porque constatamos, de nuevo, la nula voluntad de este equipo de Gobierno de PNV y PSE de evitar que nuevos hoteles abran en la ciudad, y que lo haga, además, bajo el pretexto de la preservación del patrimonio. La moratoria en vigor contempla importantes excepciones, pero comprobamos, otra vez, que se trata de un coladero para que promotores privados rehabiliten edificios y abran nuevos hospedajes en connivencia con otras instituciones.
Tal y como hemos expuesto en la sesión, el anteproyecto presentado infringe el régimen de protección establecido, ya que al objeto de que las habitaciones tengan mejores vistas, pretende que la ampliación se ejecute en la parte delantera del edificio, frente a la bahía, exigiendo una excavación y un importante volumen de movimiento de tierras.
Nos preocupa, y mucho, que la delegada de Urbanismo haya solicitado al Gobierno Vasco la incoación de un expediente de modificación del Decreto 227/2010, de 31 de agosto, ante la valoración positiva que su departamento hace del anteproyecto de Paisajes de Asturias SL. «Este nuevo hotel de lujo no respeta la protección que hay que darle al edificio, y además plantea grandes movimientos de tierra porque necesita que las habitaciones tengan mejores vistas. Es realmente grave. Este es otro ejemplo de cómo se construye esta ciudad, anteponiendo los intereses particulares, en este caso de una promotora, por encima de los generales», ha señalado Juan Karlos Izagirre en comisión.
Igualmente grave es que la propia alcaldesa defienda el proyecto, y argumente que es la única manera de preservar y cuidar el edificio. Afirmar que «la ciudad tiene que dar respuesta a los diferentes tipos de demanda» dando vía libre a un hotel de cinco estrellas es estar muy alejada del sentir de las y los donostiarras, que está diciendo alto y claro que no necesitan ni quieren más hoteles.
«Este equipo de Gobierno está de nuevo defendiendo los intereses privados, trabaja para facilitar su labor en lugar de defender la demanda ciudadana», ha expresado Izagirre, quien ha lamentado que las salvedades recogidas en la moratoria recaigan siempre del lado de los hoteles. Para EH Bildu llueve sobre mojado, y a las pruebas nos remitimos, puesto que hace escasos días supimos que el departamento de Urbanismo apoya dos nuevos hoteles en María Inmaculada, en Gros, y la licencia para hacer otro tanto con Mariaren Bihotza sigue vigente. Todo esto en un barrio declarado saturado.
Es preocupante escuchar que todas estas operaciones se hacen para preservar nuestro patrimonio y corroborar, además, que esta será la tónica, ha concluído Izagirre ante las declaraciones de Arzallus: «Si un edificio que está protegido en el PEPPUC hay que reconvertirlo en hotel para su protección, se hará un hotel». Para EH Bildu, es toda una declaración de intenciones.