En el pleno extraordinario celebrado en el día de hoy en Barakaldo, se han llevado a aprobación varios créditos adicionales para hacer frente al gasto ordinario de este Ayuntamiento, así como la solicitud de un préstamo de 21 millones de euros. La falta de presupuesto aprobado para el presente año y la práctica partidista de jeltzales y socialistas, han llevado a esta administración pública a una situación de improvisación en la gestión.
Nuestra portavoz María Solar, así lo ha expresado en su intervención plenaria del día de hoy:
“Hoy queremos hablarle a la ciudadanía de Barakaldo de forma clara y sencilla. Queremos explicar cómo gestionan el dinero público el PNV y el PSE, y por qué desde EH Bildu no estamos dispuestas a avalar esta forma de actuar.
Barakaldo está gobernada por un pacto entre dos partidos: PNV y PSE. Este acuerdo les permite sacar adelante todo lo que proponen, blindándose con sus propios votos. Pero también tiene otra cara: bloquean cualquier propuesta del resto de partidos, aunque representemos a miles de vecinos y vecinas de este municipio. Un modelo de gobernanza partidista que dista mucho de los valores colaborativos, democraticos y participativos que exige la ciudadanía en estos tiempos.
Este funcionamiento lo vemos también en cómo se gestiona el dinero del Ayuntamiento. Y aquí hay un problema añadido: aunque tienen los votos y el dinero, ni siquiera son capaces de sacar adelante los presupuestos municipales en tiempo y forma.
Recordemos algo muy básico: el presupuesto municipal es la herramienta principal para planificar, con participación y de forma democrática, en qué se va a gastar el dinero del Ayuntamiento durante el año.
Pero como no consiguen aprobar un presupuesto, recurren una y otra vez a los llamados créditos adicionales. ¿Y qué significa eso? Que van tirando de los remanentes del Ayuntamiento, una especie de "hucha" que debería estar reservada para emergencias,ajustes presupuestarios o quita de endeudamiento, y no para tapar su falta de previsión.
Cada año, el Ayuntamiento de Barakaldo deja sin gastar una cuarta parte del dinero que tiene. Más del 25% del presupuesto acaba en los “remanentes”, cifra que aumenta exponencialmente desde que el PNV ostenta la alcaldía.
De hecho iniciamos este año con un remanente de 45 millones de euros del que ahora, una vez se aprueben los siguientes puntos, quedará menos de 12 millones . Dinero que no se ha utilizado para cubrir necesidades urgentes del municipio como aumentar el parque público de vivienda ante una declarada emergencia habitacional en nuestro pueblo, ni para financiar el albergue de mujeres, ni para cubrir la mermada plantilla municipal que sustenta los servicios públicos...
Nosotras creemos que una institución pública no está para ahorrar. Está para garantizar derechos, para responder con recursos a los problemas de su ciudadanía. Y tener remanentes tan altos a la vez que necesidades sin cubrir, no es una señal de buena gestión. Es el síntoma de un gobierno que no planifica, no ejecuta y no prioriza a su gente.
Y hoy, por si eso no fuera preocupante, este Ayuntamiento va a pedir un préstamo de 21 millones de euros para hacer frente a proyectos que han prometido, pero para los que no tienen dinero. Proyectos, algunos de los cuales ni siquiera están documentados ni cuentan con una partida presupuestaria clara. En ese contexto, votar hoy a favor de una deuda de este calibre no responde a una planificación responsable, sino que parece más un acto de fe que una decisión estratégica para Barakaldo.
Porque, diganme ustedes sino, cómo podemos entender el resto de fuerzas políticas, como puede entender la ciudadanía, que los mismos partidos que no pueden organizar el dinero del que ya disponen para este año presentando un presupuesto, sí pueden planificar una deuda de 21 millones de euros de proyectos no presupuestados.
Este préstamo
Un endeudamiento que va a pagar la ciudadanía de Barakaldo, pero que responde únicamente al programa político del PNV y del PSE. Un préstamo de 21 millones al servicio de su agenda partidista, no de un proyecto de ciudad compartido.
Pongamos un ejemplo sencillo: imaginad una familia que, en lugar de hacer un presupuesto claro al principio del año, va tirando de sus ahorros, luego pide préstamos pequeños y finalmente uno grande, sin tener claro cómo lo va a devolver. Eso mismo está haciendo el Ayuntamiento de Barakaldo.
Todo esto responde a los intereses de los partidos que gobiernan, que deciden en solitario qué proyectos son importantes, sin planificación conjunta ni voluntad de compartir decisiones con el resto.
Hace apenas dos años, en su discurso de investidura, Amaia del Campo decía que esta iba a ser "la legislatura del diálogo y la colaboración".
Hoy vemos que ese diálogo ha sido sustituido por imposiciones y esa colaboración, por decisiones unilaterales”.