AKTUALITATEA

| 2023-10-10

Representantes de EH Bildu en las Juntas Generales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa han comparecido hoy para poner en duda si el trasfondo de la reforma fiscal en Bizkaia, Araba y Gipuzkoa consistirá en una especie de pase foral para ricos. Iker Casanova Representante de la Diputación de Bizkaia de EH Bildu ha tomado la palabra acompañado de Zelai Amenabarro representante de Gipuzkoa de EH Bildu y Gorka Ortiz de Guinea representante de EH Bildu de Araba.

Desde EH Bildu queremos hacer una valoración sobre los tres proyectos que se han presentado en los tres territorios de la CAV con el objetivo de trasponer y aplicar el Impuesto temporal de solidaridad de las Grandes Fortunas que el Estado español implantó a finales del 2022. Los hechos más o menos son conocidos y el contenido de estas normas es público y ha sido valorado en los medios de comunicación.

Digamos simplemente, y a modo de introducción, que en el año 2022 con motivo de hacer frente a las alteraciones económicas y a los perjuicios a las personas y a las administraciones públicas que generó básicamente el conflicto en Ucrania y la consiguiente escalada de los precios, el Gobierno del Estado planteó una serie de medidas que sacó adelante, entre las que se encuentra este impuesto que tiene como objetivo complementar el impuesto de patrimonio y sustituirlo allí donde no existe o ha sido eliminado. Este impuesto permitía a las haciendas forales incrementar el impuesto de patrimonio. El 100% del impuesto de patrimonio estaba exento, pero al ser más alto los tipos del nuevo impuesto permitía incrementar la recaudación. Es decir, sobre la misma base mejorar el grado de ingresos con los que había que contribuir.

Este impuesto entra en vigor a finales del 2022. En Nafarroa, ya a finales del 2022, gracias a una disposición adicional en la Ley de Presupuestos, se incluye el catálogo de impuestos propios y se incluye y se aplica en el año 2022. Las tres diputaciones de la CAV no lo hacen así. Por lo tanto, a finales del 2022 es nuevo impuesto no es sujeto de recaudación. Hay que recordar que este es un impuesto temporal para el 2022 y el 2023, y que la normativa.

Por lo tanto, en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa no se recauda este impuesto porque no se adecúa la normativa al año 2022. Y en el año 2023, pasan los meses y nos damos cuenta que no se ha articulado un mecanismo jurídico para la adecuación del nuevo impuesto. La semana pasada, hicimos la pregunta en las JJGG de Bizkaia al Gobierno Foral sobre sus intenciones y ahí la Diputación de Bizkaia y el resto de diputaciones nos dan a conocer que está en trámite un proyecto para dar marco legislativo a este nuevo impuesto.

El jueves pasado conocimos los contenidos de ese nuevo impuesto y nos encontramos que las diputaciones forales del PNV plantean una autentica desnaturalización del impuesto de grandes fortunas, que lo deja reducido a su mínima expresión o a un espacio simbólico. El impuesto de grandes fortunas queda totalmente desnaturalizado a través de propuesta que las diputaciones forales han puesto encima de la mesa.

¿Por qué? Porque prácticamente calca los tipos del actual impuesto de patrimonio y, por tanto, lo que hace es mantener la recaudación sobre las personas que estaban llamadas a pagar el impuesto de las grandes fortunas. Solo se establece un tramo nuevo a partir de los 16 millones y se le aplica una tasa del 3,5%. Esto significa que de las 17.000 personas que tienen que pagar el impuesto de patrimonio prácticamente son 300 las que van a pagar más. Eso a la espera de que el escudo fiscal, que es más bajo en el Estado español, y que se ha aprovechado para bajar el escudo fiscal también aquí, no signifique que aquí también se puedan librar. Por lo tanto, este es un impuesto que queda vaciado de contenido a nivel económico y también a nivel político y pedagógico. Porque estamos en un momento en el que es fundamental hacer pedagogía hacia un nuevo sistema de economía fiscal. Estamos en un momento de cuestionamiento de los sistemas fiscales debilitados que se han venido imponiendo por parte de las élites en los últimos tiempos. Y por eso creemos que este impuesto tiene capacidad recaudatoria. Pero, sobre todo, porque tiene la capacidad de proyectar un mensaje a la sociedad que es que la fiscalidad debe ser progresiva y que aquellas personas que tienen la suerte de tener más recursos que la mayoría están llamadas a contribuir en un porcentaje mayor de sus ingresos. Eso es la progresividad. Y hablando que las grandes fortunas tienen que hacer una contribución un poco más alta estamos transmitiendo un mensaje de que la fiscalidad debe ser progresiva, redistributiva y que debe dotar a la administración de instrumentos suficientes para la creciente demanda de los servicios públicos, de la promoción económica y la distribución de la riqueza.

Por lo tanto, nos encontramos ante unas diputaciones que de facto han aplicado una especie de pase foral para ricos al impuesto de las grandes fortunas aprobado en Madrid. Esa tradición de las diputaciones vascas de que se obedece pero no se cumple, de hacer un acatamiento formal de las normas que venían del Estado pero vaciarlas de contenido en la práctica, que siempre se ha utilizado como un instrumento de defensa de las personas de este país, se pervierte y se desnaturaliza y se convierte en un instrumento de defensa de las élites. El PNV ha aplicado un pase foral para ricos al impuesto instalado por el Gobierno del Estado.

Por eso, nos tenemos que preguntar si cuando el señor Urkullu acusa a la señora Ayuso de hacer dumping fiscal qué es lo que le molesta al señor Urkullu del dumping fiscal de Madrid, que sea dumping o que lo haga Madrid. Porque lo que vemos es que cuando ellos tienen la oportunidad de hacer dumping fiscal la aprovechan y la materializan. Lo que hacen es que los tipos para los ricos en la CAV sean menores y que los ricos paguen menos que los ricos del entorno. No estamos hablando de ser prudentes para que los patrimonios no se desnaturalicen. Aquí se ha aprovechado para hacer dumping fiscal a pequeña escala para que los ricos en la CAV paguen menos. Esa es la propuesta fiscal del PNV.

Por eso, ahora que estamos en ciernes de una gran reforma fiscal que se está anunciando, aunque es verdad que por parte de los gobiernos forales ya se están rebajando las expectativas que ya hablan de adecuaciones o modificaciones en vez de reforma, la reforma fiscal largamente reclamada por la sociedad vasca para adecuar los instrumentos impositivos a una realidad en las que las demandas son crecientes, nos resulta extremadamente preocupante que la filosofía con la que afronta este debate es una filosofía regresiva, que no abunda en la tesis de que pague más quien más tiene, sino al contrario: mimo fiscal y tratamiento de guante blanco con los más ricos. Un medio de comunicación estatal, no muy sospechoso, decía que tarde y con mimo. Así es como ha gestionado el PNV la tramitación del impuesto de las grandes fortunas. Y mucho nos tememos que eso es lo que va a subyacer de la propuesta de reforma fiscal.

Por eso, EH Bildu ha tramitado una serie de preguntas en las tres JJGG para conocer la pérdida de recaudación que vamos a tener porque el PNV ha rebajado los tipos a los más ricos de este país. Vamos a intentar cuantificar cuánto va a suponer esa rebaja, que suponemos que va a ser una cantidad no determinante pero que van a suponer varios millones de euros. Y además vamos a preguntar a los tres diputados generales sobre sus intenciones de cara a la reforma fiscal en ciernes. Queremos conocer si va a ser esta filosofía pro élites, pro ricos, la que va a orientar la reforma fiscal en ciernes. Estamos preocupados porque creemos que hay que tomar otra dirección. Mucho nos tememos que el PNV apuesta por una fiscalidad regresiva, del pasado, y que deberíamos superar poco a poco. Mucho nos tememos que la reforma fiscal del PNV va a ser un paso atrás o un mero maquillaje, alejado de la verdadera reforma fiscal que necesita este país.