AKTUALITATEA


| 2022-01-27 18:02:00

Hemos tenido conocimiento del proceso participativo en torno a la movilidad de Sopela a través de los carteles fijados en las calles. En ellos aparecen una serie de medidas, supuestamente “consensuadas” según el mismo cartel. EH Bildu se ha opuesto en varias ocasiones a algunos de dichos proyectos (la instalación de dos carriles en la calle Urgitxieta; más aparcamientos rotatorios en el centro...), por lo que en ningún caso están acordados, como dice el PNV.

En el cartel se menciona que la variante de Urko ya está integrada en el plan de carreteras de la Diputación Foral de Bizkaia: ¡no podemos conocer los permoneros de este proyecto estratégico a través de un cartel! De hecho, la variante de Urko tiene una importancia importantísima para Sopela, tanto por su posible efecto en el tráfico como por las consecuencias ecológicas que puede provocar.

El gobierno municipal de PNV y PSE está tomando decisiones sin informar a los grupos de la oposición, evitando debates y actuando sin transparencia en los órganos municipales: ¡en las comisiones informativas ni siquiera se ha mencionado el tema! Esto nos muestra cuál es el estilo de gobernanza del PNV y del actual alcalde, Josu Landaluze: actuar unilateralmente, sin transparencia y utilizando procesos participativos para impulsar sus proyectos no sostenibles (siempre en beneficio del uso del coche y en detrimento de las personas).

¡Hemos pedido en el pleno del 27 de enero que se informe con transparencia sobre el proceso participativo en materia de movilidad! Por un lado, hemos solicitado una reunión entre la empresa Ibatuz, contratada por el Ayuntamiento para realizar estos procesos participativos, y todos los grupos municipales para conocer y debatir sobre los resultados del proceso. ¿De dónde han salido las medidas que aparecen en el cartel?, ¿han sido planteadas por la ciudadanía o han sido planteadas por el PNV?, ¿ha sido un proceso participativo guiado, es decir, un proceso “ad hoc”?. Además, solicItamos una reunión entre el gobierno municipal y los grupos de la oposición para tener información detallada sobre el proyecto de la Diputación Foral de Bizkaia sobre la variante de Urko y para que expliquen por qué no tienen en cuenta la variante norte (Inkestas), que descongestionaría Loiola Ander Deuna con unas condiciones técnicas más sencillas y un impacto ecológico más reducido. Tampoco se dice nada de la carretera de Ripa hacia Artadi.

En Sopela hay que realizar una verdadera consulta para conocer la opinión real del pueblo sobre un proyecto que puede transformar para siempre Larrabasterra y la zona de Urko y
Munarrikolanda.
La variante de Urko es una medida muy importante tanto desde el punto de vista del tráfico (que sacaría el tráfico comarcal de Larrabasterra) como del medio ambiente (evidente daño ecológico). La última palabra debe ser la ciudadanía de Sopelana, ni el PNV, ni la Diputación Foral de Bizkaia.

 

MÁS INFORMACIÓN

Procesos participativos en torno a los problemas de tráfico: reivindicación histórica de EH Bildu

A lo largo del 2021 el Ayuntamiento de Sopela puso en marcha una serie de procesos participativos en torno a la movilidad con el fin de diseñar medidas para solucionar el problema del tráfico en diferentes zonas de la localidad (Larrabasterra, Akilino-Arriola, Olabide...).

Debemos recordar que la puesta en marcha de un proceso participativo en torno a los problemas de tráfico ha sido una reivindicación histórica de EH Bildu: tanto en su etapa en la alcaldía (2011-2015), como en la pasada legislatura (2015-2019), así como en esta legislatura. En concreto, en los dos últimos años incluimos la necesidad de estos procesos en los acuerdos presupuestarios de 2020 y 2021 entre PNV/PSE y EH Bildu.

 

Discrepancias con el Gobierno municipal de PNV y PSE

En marzo de 2020, al inicio de la pandemia de Covid-19 y durante el propio confinamiento, el PNV tomó la decisión de construir la carretera de Osteiko sin que la información sobre dicha medida pasara por las comisiones informativas y con el voto de calidad del Alcalde. “Desde que se propuso hace dos legislaturas no hemos estado de acuerdo con que esa carretera fuera el acceso al hospital de Urduliz”.

Posteriormente, el PNV puso en marcha aparcamientos rotatorios en la calle Bidebieta: EH Bildu también mostró su desacuerdo con esta medida por considerar que atraería el tráfico hacia el centro de Sopela.

Por otro, Josu Landaluze incluyó en el proceso participativo del centro el proyecto que el mismo tenía en mente hace 3 legislaturas: la construcción de un aparcamiento subterráneo en la Plaza Jauregizar. La metodología de este proceso participativo no estaba consensuada con EH Bildu: de hecho, hemos estado en contra de este aparcamiento desde el principio (porque, de nuevo, atraería tráfico al centro del pueblo).

Por último, el proceso participativo llevado a cabo en Larrabasterra fue objeto de fuertes discrepancias: no estábamos de acuerdo con algunas de las medidas que constaban en el mismo (por ejemplo, dos carriles en la misma dirección en la calle Urgitxieta para agilizar el tráfico) y, por otro lado, observábamos una carencia evidente en el listado de medidas propuesto (no se preguntaba nada sobre la variante de Urko, competencia de la Diputación Foral de Bizkaia).

Estas discrepancias y otras razones de peso obligaron a EH Bildu a romper el acuerdo presupuestario de 2021. Como se puede observar, el desacuerdo persiste. Es más, ahora son más profundas las diferencias de visión de pueblo que tenemos con el PNV.