Han transcurrido cinco meses desde que la apuesta de EH Bildu por devolver a la Bretxa su naturaleza de mercado tradicional se materializara tras años de desastrosa gestión y un modelo que se ha demostrado fallido. Por nuestra parte, con la condición sine qua non de que ambos edificios, Pescadería y Arkoak, volvieran a la gestión pública con el único fin de que su contenido respondiera a las verdaderas necesidades de la ciudad en general y del barrio de la Parte Vieja en particular. La deuda es histórica y en EH Bildu estamos dispuestas a saldarla.
Desde entonces hemos seguido trabajando y haciendo, de manera discreta y constructiva, nuestras aportaciones. En cualquier caso, siempre hemos defendido la necesidad de implementar equipamientos y servicios para el barrio como prioridad en la distribución de estos nuevos espacios.
Hace meses que desde EH Bildu impulsamos una consulta ciudadana en la que los resultados obtenidos expresaban claramente que existen dos prioridades principales: el centro de día y el gimnasio público. También obtuvieron un respaldo contundente habilitar un lugar para las reuniones de agentes y asociaciones y otro para el almacenaje de diverso material. Con estas peticiones hemos intentado negociar con el Gobierno Municipal para hacer cumplir el mandato vecinal.
En una comparecencia ofrecida esta mañana por el portavoz de la formación soberanista, Juan Karlos Izagirre, ha señalado que «entendemos que las prioridades principales señaladas por vecinos y vecinas pueden y deben tener respuesta positiva en el barrio de una u otra manera, garantizando espacios para las asociaciones, un centro de día y la posibilidad de hacer gimnasia con la Kirol Txartela. EH Bildu mantiene y defiende lo que dijo entonces: que seguiremos colaborando con el Gobierno cuando haya voluntad de mejorar la calidad de vida de estos vecinos y vecinas y prevalezca el inter és general sobre el particular. Siempre con la mano tendida, proponiendo y trabajando las soluciones a los problemas existentes trabajadas con la ciudadanía».
En este sentido, Izagirre ha señalado que el trabajo discreto de EH Bildu está dando sus frutos. Son varios los ejemplos: la transformación de la GI-20 incorporada ahora en el avance del Plan General, la propuesta de medidas concretas para atajar la grave problemática de la vivienda o la gestión pública de La Bretxa. Es un trabajo discreto y de carácter colaborativo siempre y cuando prevalezca el interés general sobre todo lo demás.
Riesgo de nuevas actividades hosteleras
Según avanzan las conversaciones con el equipo de Gobierno podemos afirmar que algunas de las peticiones que hemos puesto sobre la mesa serán posibles o al menos lo serán en parte. En cualquier caso, no pecamos de ingenuos y debemos advertir del riesgo que vemos con los espacios que aún quedan por definir. «Sabemos que hubo un intento de implantar actividades hosteleras en el edificio Pescadería y esto es inaceptable en la Parte Vieja, barrio que está declarado zona saturada, con un crecimiento descontrolado por parte de la hostelería y que tiene una gran responsabilidad en la configuración desequilibrada que tiene el barrio en la actualidad».
Por ello, en la planta baja, en la del mercado tradicional, no aceptaremos plantear nuevas actuaciones relacionadas con la hostelería ni en los edificios de la Bretxa, ni tampoco en la Parte Vieja en general más allá de algún pequeño establecimiento que diera servicio a las necesidades del mercado y cumpla con el horario del mismo. Debemos recordar que en la distribución de esta planta Baika se quedó con varios espacios cuyo uso no está definido.
Tanto en el acuerdo inicial a tres alcanzado entre EH Bildu, PNV y PSE como en declaraciones del alcalde se habla de atender desde la gestión pública las necesidades existentes en el barrio y que las actuaciones redundarán en un mejor servicio a los y las donostiarras. Estas afirmaciones son incompatibles con un aumento de la actividad hostelera más allá del servicio básico para el propio mercado.
En cuanto a la primera planta, recordar que queda por definir el uso de la mitad de la misma (la otra mitad la utiliza Osakidetza) que gestionará Fomento. Interpelamos al Gobierno Municipal o a la propia sociedad pública a que aclare qué proyectos baraja para el citado espacio, puesto que en anteriores planteamientos se mencionaban aulas de formación gastronómica y similares. De hecho, en el borrador del Plan Estratégico actual se recoge el concepto ‘Culinary Point’. Esperemos que se corrija esta tendencia, nos ciñamos a lo acordado y no se utilice como excusa para la apertura de ningún establecimiento hostelero.
Por nuestra parte, apostamos en defensa del interés general y que estos espacios sirvan para mejorar la situación del pequeño comercio en la Parte Vieja y en Donostia, dando la oportunidad a nuevas iniciativas que surgan o se impulsen desde la administración.
En resumen, valoramos positivamente el nuevo modelo de gestión pública, que es el impulsado por EH Bildu y que algunas demandas de las y los vecinos, parece ser, vayan a ser atendidas tomando la dirección adecuada. Pero estaremos vigilantes de que ninguna nueva actividad hostelera se pretenda instalar en esta operación. Ni en la primera planta del edificio Pescadería; ni en la planta baja, entre los asentadores, con la salvedad señalada. Mostramos nuestra disposición a seguir trabajando de manera conjunta y constructiva, un proceso que debe hacerse de la mano del barrio. Esa será la clave del éxito.