AKTUALITATEA


| 2020-05-12 13:19:00

EH Bildu observa con preocupación y responsabilidad el caos que vivieron ayer la hostelería y, en general, todo el sector del comercio. “Sin ocultar que algunos comportamientos han sido irresponsables y denunciables”, Iker Casanova afirma que “ese caos es consecuencia también de la falta de ayudas del Gobierno de Lakua”. Según denuncia, “el sector del trabajo autónomo está abandonado por las instituciones y muchos hosteleros y comerciantes han tenido que abrir por pura necesidad económica y desesperación a pesar de que en realidad no se dan las condiciones que necesita cualquier negocio. Ya han pasado dos meses desde que tuvieron que cerrar e irse a casa y el Gobierno de Urkullu todavía no ha sido capaz de dar la escasa ayuda que les ha prometido. Peor aún, hoy mismo hemos sabido que ha decidido seguir retrasándola; es una vergüenza”.

El representante de EH Bildu destaca la importancia de las ayudas económicas “para que el sector pueda sobrevivir a la pandemia” y subraya que van a ser vitales “mientras no sea posible reabrir los negocios con todas las garantías, no como tuvieron que hacer ayer”. Esta es precisamente la propuesta que EH Bildu ha presentado en el Parlamento: que las ayudas no sean puntuales y se mantengan en el tiempo hasta que la reapertura sea viable económicamente. En palabras de Casanova, “a las y los trabajadores autónomos hay que darles la posibilidad de mantener sus negocios cerrados temporalmente sin cortarles las ayudas; deben poder decidir si abren ya o esperan a que haya una mayor normalidad reduciendo así además el riesgo sanitario. De lo contrario, además de un riesgo mayor, a las pérdidas económicas acumuladas durante estos dos meses tendrán que añadirles las que supondrá reabrir sin unas mínimas condiciones”.

La Diputación Permanente debatirá en los próximos días esta propuesta de EH Bildu, que contempla aplicar en la CAV el modelo navarro. “Igual que han acordado y aprobado allí, aquí también el Gobierno puede conceder una subvención de 2.200 euros a los autónomos que han tenido que interrumpir su actividad, o de 700 euros a quienes hayan sufrido una reducción de al menos un 30% en su facturación. Solo hace falta voluntad política; es lo que pedimos”.