AKTUALITATEA


| 2022-11-15 18:37:00

Las indemnizaciones por lesiones permanentes no invalidantes causadas por accidentes laborales o enfermedades profesionales serán actualizadas tomando como base el IPC acumulado entre diciembre de 2011 y diciembre del 2022. Así lo ha anunciado el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, en respuesta a la interpelación de la senadora Idurre Bideguren realizada en la sesión de control del Senado.

Se trata de un incremento en torno al 20% que beneficiará a más de 14.000 personas en el Estado español. El cambio normativo se realizará a través de una orden ministerial para que la revalorización sea efectiva al inicio del próximo año, tal y como se ha comprometido Escrivá con la senadora de EH Bildu. «Constituye un derecho y es una cuestión de justicia que abordemos esto con la máxima celeridad ante situaciones que ocurren en profesiones particularmente penosas», ha asegurado.

La cantidad de dicha prestación está fijada por baremo. Este baremo se estableció en 1969 y a lo largo de todos esto años ha tenido varias modificaciones. La última actualización fue en 2013 teniendo en cuenta la evolución del IPC, pero, desde entonces, no se ha realizado ningún incremento. Las indemnizaciones de las personas con lesiones permanente no invalidantes han pasado 9 años con las cuantías congeladas, mientras las indemnizaciones para las personas accidentadas en circulación sí han sido actualizadas en varias ocasiones.

 

Indemnización adecuada, proporcionada y suficiente


La senadora soberanista ha aplaudido el anuncio del ministro para dar respuesta a este drama, considerando que es importante y necesario actualizar y mejorar el baremo: «Una vez identificados los accidentes de trabajo o las enfermedades laborales, las indemnizaciones que reciben las personas trabajadoras han de ser suficientes para resarcir el daño causado. De hecho, la jurisprudencia señala que la indemnización debe ser adecuada, proporcionada y suficiente para alcanzar a reparar o compensar plenamente todos los daños y perjuicios».

«Hay mucho por hacer, desde adecuar la normativa a los nuevos desafíos en seguridad y salud laboral en un mercado de trabajo cambiante, hasta aumentar los medios técnicos y humanos en las inspecciones de trabajo. Y, además, es necesario reforzar las compensaciones al trabajador cuando por motivo del desempeño de su trabajo se le causan daños irreparables», ha advertido.

En su intervención, Bideguren ha puesto varios ejemplos de las lesiones afectadas por la congelación de la última década, como pueden ser la anquilosis, la pérdida de un dedo, una rigidez articular o alteraciones en la voz, en la vista o en el oído: «Un señor de 60 años que ha trabajado con intenso ruido durante 40 años y necesita ahora un audífono, ¿quién puede poner en duda que es una lesión provocada por su trabajo? O una mujer de 60 años que lleva trabajando en el puerto toda la vida cosiendo redes y le diagnostican una anquilosis de muñeca o problemas en las articulaciones. Hay casos muy evidentes, señorías, todos conocemos algún caso. Invisibilizando estos casos el problema no deja de existir. Son necesarias, por tanto, medidas que favorezcan el afloramiento de las enfermedades derivadas del trabajo».
 

Accidentes laborales, al alza

Los preocupantes datos de los accidentes de trabajo han empujado a EH Bildu a poner estar problemática encima de la mesa. Y es que, pese a evolucionar en la cultura de la prevención de riesgos laborales, no se ha conseguido doblegar la curva de accidentes de trabajo como en otros países europeos. Con la excepción del 2020, que hubo una disminución por el frenazo de la actividad productiva derivada de la pandemia, la tendencia de los accidentes de trabajo es ascendente y, además, en términos comparativos, el Estado Español está peor posicionado que la mayoría de los países de la UE.

Según Eurostat, encabeza la lista de países europeos con incidencia de accidentes de trabajo no mortales con bajas de más de 3 jornadas. Y Euskal Herria no es una excepción: los índices de incidencia de Hego Euskal Herria están por encima de la media del Estado español. Los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales, además del drama humano, cuestan anualmente a la economía de la UE más del 3,3% del PIB.