OPINIONES

Romo, año 2052

Iñaki Gonzalo "Kitxu" | 2024-10-07 10:05:00

Vuelvo a Romo tras 27 años de exilio. Un cosquilleo me recorre el cuerpo. Es la emoción ante el rencuentro con mi gente, con el barrio que tanto he añorado
Mi primera cita: la Nagusien Etxea. Voy a visitar a mi tía Maria Luisa. Espera. Me he debido equivocar. ¿Qué es esto? ¿Y este edificio de cinco plantas tan feo? ¡No puede ser! Voy a preguntar. Una señora me cuenta lo que pasó. Como derribaron la Nagusien Etxea a golpe de intolerancia, como golpearon a los y las vecinas que se negaban a ver desaparecer el lugar donde tan buenos ratos habían pasado.
Me despido de la señora y sigo mi camino un poco apesadumbrado. Me dirijo a la única librería que quedaba en el pueblo cuando tuve que marcharme. Recuerdo que allí presentaban sus libros los y las escritoras del pueblo y una vez al mes se celebraba el club de la lectura. Espera. ¿Dónde está? ¿Y ese cartel de SE VENDE? ¿Me habré vuelto a equivocar? Un señor me habla del triste momento en el que tuvieron que cerrar la librería y me aconseja que si quiero comprar un libro, de esos que huelen a papel y puedes subrayar y escribir notas a pie de página, tendré que ir al museo del libro de Bilbao.
Sigo mi camino con un nudo en el estómago, cabizbajo. No encuentro escaparates iluminados. Solo carteles de locales en venta o en alquiler y persianas bajadas.
Ah! ¡Tengo que comprar pan y alguna otra cosilla! Me dirijo a la panadería de toda la vida , la de Izaskun. A ver como sigue su hija que tuvo un accidente y nos tuvo a todo el barrio en vilo. Nada. Ni rastro de la panadería de Izaskun. Un chaval me indica el camino para comprar el pan en una gran superficie comercial, cerca del ambulatorio.
Decido volver a casa. Acabo de recordar que en algún lugar tengo un ejemplar de 1984, de George Orwell. Tengo costumbre de quedarme dormido leyendo y no pierdo la esperanza que, al despertar, todo haya sido un sueño. Un mal sueño.