El Gobierno de Donostia acaba de trasladar al Gobierno Vasco su propuesta inicial de ordenación del ámbito ferroviario de la zona de Easo. La noticia ha sentado como un jarro de agua fría a los vecinos y vecinas y asociaciones vecinales que habían escuchado con cierta expectativa la promesa del Gobierno de Eneko Goia de poner en marcha un proceso participativo para “pulsar” la opinión de los vecinos” y “debatir los usos a dar” al terreno. Pero el proyecto inicial ya se ha presentado sin haber pulsado la opinión ciudadana ni haber debatido sobre los usos.
El proyecto presentado por Eneko Goia, pues, pasa por encima de sus propias promesas y, al no haber puesto en marcha ningún mecanismo de escucha, no está basado en las necesidades de la ciudadanía donostiarra. Una muestra más del modelo de gobernanza del PNV-PSE de Donostia.
Parece ser que ahora, desde el Gobierno, solo se plantea hacer lo mínimo exigido por la ley en cuanto a participación ciudadana. El proyecto tiene que ser incluido en el proceso de modificación del PGOU y ahí se prevén ciertos mecanismos legales de participación. Pero el hecho de que el proyecto inicial ya esté presentado antes de escuchar a la ciudadanía limita mucho la capacidad de vecinos y vecinas para introducir mejoras.
Por tanto, la pregunta ahora es en qué medida la ciudadanía va a poder hacer aportaciones, en qué medida se va a poder modificar el proyecto presentado por el Gobierno municipal y cómo se van a tomar las decisiones en caso de que se presenten proyectos muy diferentes. En otras palabras, si se va poner en marcha algún mecanismo de participación directa (por ejemplo, una consulta popular como en el caso de Durango, que es muy similar) o si, por el contrario, va a ser el propio Gobierno el que decida por todos y todas.
De todo ella va a preguntar EH Bildu de Donostia al Gobierno municipal en las comisiones de este próximo lunes. En concreto, vamos a interpelar a PNV y PSE sobre cuál es el motivo por el que el Gobierno Municipal no ha tenido en cuenta la opinión de los vecinos y vecinas de Amara y Morlans antes de presentar su proyecto y, por otra parte, si tiene intención de poner en marcha más mecanismos de participación además de los ya previstos por ley.
Recordamos que el pasado 22 de febrero PNV y PSE presentaron su propia propuesta para la zona, que ha sido redactada por el estudio de arquitectura Hoz Fontan, y que define un ámbito de ordenación de 36.350 m2, en el que se prevé la ejecución de un desarrollo residencial de entre 450 y 500 nuevas viviendas, así como siete edificios de equipamiento.
Por otra parte, hemos de recordar que la campaña realizada por Eusko Trenbide Sarea (ETS) a finales de 2019 también dio mucho que hablar, ya que el folleto remitido a todos los hogares donostiarras señalaba que el espacio libre resultante del soterramiento sería para Donostia y los donostiarras. Pero, al mismo tiempo, recogía los primeros detalles del proyecto de urbanización de la zona de Easo, en el que, entre otros aspectos, ETS preveía la construcción de más de 500 viviendas.
Por ello, las asociaciones vecinales Amara Berri, Morlanstarrak y Amara Bai destacaron que ETS y el Ayuntamiento estaban dando un mensaje contradictorio y denunciaron el modo de actuar de ambas instituciones. De hecho, el 29 de octubre de 2019 estas asociaciones solicitaron al Ayuntamiento de Donostia y a Euskal Trenbide Sarea sendas reuniones para recabar información sobre la ordenación urbanística del ámbito ferroviario de la zona de Easo. No obtuvieron respuesta. Sin embargo, un mes después ETS publicó los folletos citados. Las mencionadas tres asociaciones decidieron juntarse para solicitar que el vecindario tenga una participación activa en el proyecto de urbanización, remitiendo una nota a los medios de comunicación. Tras el debate suscitado por la campaña de ETS, el Gobierno Municipal confirmó de nuevo que impulsaría un proceso participativo para decidir el futuro de la zona de vías de Easo a través de la ciudadanía.
Dos años más tarde, en febrero de 2022, el Gobierno Municipal ha presentado su proyecto sin tener ningún contacto con la ciudadanía residente en la zona.