El muelle de Donostia ha sido históricamente capaz de compaginar diferentes usos y, precisamente, esa complementariedad ha hecho especial ese espacio que la ciudadanía donostiarra siente tan suyo. Sin embargo, en las últimas décadas esto ha ido cambiando: no solo la actividad pesquera ha desaparecido por completo, sino que se han privatizado y vallado zonas enteras y se ha prohibido el baño. En pocas palabras: se han impuesto prohibiciones sobre el uso del espacio público, poniendo trabas a la posibilidad de disfrutar del entorno en comunidad.
Con motivo de esta involución que nos preocupa, desde EH Bildu presentaremos en el pleno de este jueves una moción de control sobre el uso de la rampa del muelle y los diferentes accesos al mar desde el náutico. El concejal Markel Ormazabal ha ofrecido los detalles en una comparecencia este lunes.
Según ha indicado, a pesar de la prohibición de bañarse en los puertos de la costa vasca, en la mayoría de las localidades, si no en todas, han sido capaces de buscar alternativas y mantener la posibilidad de baño. No es el caso de Donostia; de hecho en junio de este año se ha vuelto a establecer una nueva restricción. En la actualidad no se puede ni siquiera estar en la rampa, que es el principal acceso al mar. Y la razón que se argumenta es la seguridad.
Desde EH Bildu queremos recordar que siempre se ha dado la convivencia entre las diferentes actividades del muelle, sean deportivas, naúticas, de baño y otras, y estamos convencidas de que en adelante es posible compaginar todo esto y garantizar el disfrute y la seguridad de todos y todas. Creemos que las instituciones tienen que trabajar esa vía.
«Es responsabilidad de las instituciones regular el uso del muelle, es decir, garantizar la seguridad y, sobre todo, la convivencia para que todos podamos disfrutar del mismo. La Ley 2/2018 de Puertos y Transporte Marítimo del País Vasco hace especial hincapié en el ‘carácter urbano de muchos puertos’ y recoge que se basa en la ‘imprescindible convivencia pacífica entre la actividad portuaria y la actividad cotidiana de los municipios y ciudades portuarias’. Sin embargo, las medidas aplicadas en nuestra ciudad en los últimos años no han hecho más que enrarecer el ambiente», ha afirmado Ormazabal.
Todo esto está provocando que el muelle donostiarra vaya perdiendo su natural carácter público y comunitario. Y otro tanto ocurre con la zona del Náutico. «La plataforma que nace junto a él y se adentra en el mar es uno de los lugares preferidos por las y los donostiarras para relajarse». Así se lee en el portal San Sebastián Turismo. Sin embargo, el cierre intermitente de este entorno ha sido constante en los últimos años; de hecho, se encuentra cerrado en este momento, pese a que el Gobierno Vasco ha iniciado el procedimiento para su reparación.
Asimismo, en esta zona también está cerrado otro acceso directo a la playa de la Concha. Hablamos de las escaleras del Real Club Náutico de San Sebastián. Como es sabido, se trata de un club privado y el acceso a las instalaciones está restringido a los socios y socias. Sin embargo, el paso de bajada al citado arenal desde la explanada que sirve de solarium privado ha sido hasta ahora un "paso libre" amparado, además, por una sentencia judicial; es decir, cualquier persona puede pasar, pero no quedarse. Sin embargo, las escaleras han aparecido rotas, siendo sustituidas por unas escaleras alternativas. La nueva estructura instalada, sin embargo, no cubre el servicio que prestaban las escaleras originales ni las necesidades de la ciudadanía que tiene derecho a ellas.
«Todo ello acentúa la sensación de que cada vez se están privatizando más espacios y de que se presta más atención a otros intereses que al baño o comodidad de los y las donostiarras», ha defendido el concejal de EH Bildu, añadiendo que «es una muestra más, y quizá la más evidente, de la privatización de espacios que se está dando en Donostia porque afecta directamente a las costumbres cotidianas de muchos ciudadanos y ciudadanas. Es decir, es un claro ejemplo de cómo se priorizan los intereses privados con fines lucrativos».
Al mismo tiempo, hay que recordar que la zona de la que hablamos se encuentra en pleno proceso de turistificación, cuyas consecuencias en la calidad de vida de los vecinos y vecinas son conocidas. Pues bien, lejos de evitar este proceso y restaurar equilibrios, las prohibiciones de uso que se están imponiendo no hacen sino ahondar el problema.
Por todo ello, presentaremos en el Pleno de este jueves una moción de control para que el Gobierno Municipal busque y promueva «medidas que posibiliten la convivencia entre los diferentes usos que hasta ahora ha tenido el muelle». Asimismo, le solicitamos que inicie los trámites necesarios para la apertura del paso Real Club Náutico y la reparación de las escaleras de bajada a la playa desde el mismo.