AKTUALITATEA


| 2024-09-13 08:27:00

Tal día como hoy, hace 88 años, el 13 de septiembre de 1936, las tropas franquistas tomaron Donostia, iniciando un periodo de represión y persecución total que duraría más de cuarenta años.

La elección de esta fecha provocó algunas discrepancias y a día de hoy aún hay asociaciones y agentes que no participan en estos actos. En cualquier caso, cabe destacar que desde hace tres años los homenajes se han realizado convocados por el Consejo de Memoria Histórica del Ayuntamiento de Donostia. EH Bildu, un año más, se sumará al acto y estaremos presentes en la escultura Dual que se instaló en 2013 de la mano del Gobierno municipal de EH Bildu.

Es una buena ocasión para recordar los trabajos y obligaciones pendientes en la ciudad, como el derribo del mausoleo franquista en el cementerio de Polloe y la búsqueda e identificación de los milicianos antifascistas allí enterrados. En concreto, nos sumamos a la iniciativa del sindicato CNT Gipuzkoa, que hoy mismo registrará de forma oficial en el Ayuntamiento la demanda de derribo de la cruz franquista.

Nuestra demanda no es nueva y un año más corroboramos el objetivo que anhelamos. En 2022 solicitamos al Gobierno Municipal que diera continuidad a la  investigación realizada por varios historiadores de la ciudad para poder identificar los restos que se encuentran en el lugar. Al Ejecutivo de Lakua, por su parte, que derribe el mausoleo. «No pedimos nada al Gobierno Vasco, en concreto al Instituto Gogora, que no haya pedido al Gobierno de Madrid en El valle de los Caídos. Es decir, hay que derribar el mausoleo y utilizar todos los medios para conocer la identidad de las personas víctimas de la represión que están en la fosa junto a los restos de los fascistas».

Al margen de las exigencias legales, y sin descartar la ubicación allí de otra escultura, desde EH Bildu consideramos necesario erradicar este símbolo franquista. No nos conformamos con dar "un nuevo sentido" al lugar, pues la Ley de Memoria Democrática recoge que no sólo hay que derribar la placa que estaba en la cruz, sino que también hay que hacer desaparecer la propia cruz.

La necesidad de seguir investigando

De la misma manera que pretendemos el derribo de la cruz, hay que seguir investigando y, en ese sentido, interpelamos a este Gobierno Municipal y al recién creado Gobierno Vasco para que cumplan con sus funciones.

Hay que llevar la investigación hasta el final. De hecho, gracias al estudio sobre el mausoleo encargado por el Ayuntamiento a la Sociedad de Ciencias Aranzadi a
instancias de EH Bildu en 2022, los científicos comprobaron que hay al menos 17 milicianos antifascistas enterrados ahí. Pedimos que se haga un esfuerzo por saber cuántos más pueden ser.

Cabe recordar lo anunciado por Aranzadi al dar a conocer la investigación iniciada en 2022: con la documentación del propio Archivo Municipal y cementerio de Donostia, completó la lista de nombres de 121 personas enterradas en el mausoleo. Un primer análisis confirmó que «al menos» diecisiete de ellos eran combatientes y milicianos antifascistas. Sobre todo, militantes del PCE, CNT y UGT, que vinieron a defender la capital donostiarra de las tropas fascistas. Asimismo, indicó que la sociedad Aranzadi seguiría investigando «para saber si hay otros 14».

El 13 de septiembre de 2022, el Gobierno municipal y el Instituto Gogora dieron por finalizada la investigación y descartaron la demolición del monumento franquista. Nosotras y nosotros decimos que no, que hay que seguir trabajando. En este día en que CNT Gipuzkoa registra una petición oficial por la demolición de la cruz, desde EH Bildu instamos también a las instituciones implicadas a que se posicione de manera pública sobre la cruz y la necesidad de seguir investigando.

En los tiempos que vivimos reivindicamos la memoria y la dignidad. Incluso cuando el sector reaccionario también quiere agitar el avispero en Donostia pidiendo que se sumen los nombres de fascistas a la escultura Dual. Esta maniobra nos mantiene alerta y no cederemos. Ni un paso atrás en este intento por mancillar el sentido y el origen de la obra para la memoria.