AKTUALITATEA


| 2023-10-11 12:49:00

El turismo requiere en estos tiempos de una reflexión pausada, más si cabe cuando esta nueva legislatura nos sitúa en un cruce de caminos donde hay que elegir. El rumbo que tomemos hoy influirá mañana y las decisiones que tomemos tendrán sus consecuencias en el futuro de Donostia. Sea en un sentido o en otro.

Finalizado el verano y recién acabada la última temporada, el concejal de EH Bildu, Markel Ormazabal, ha ofrecido en rueda de prensa una lectura de la actividad y ha expuesto las medidas que se deberían tomar para controlarlo.

«El propio Gobierno Municipal y una parte del sector han reconocido los perjuicios que ha causado este crecimiento incontrolado. El discurso ha cambiado y es más próximo al descontento que la ciudadanía ha expresado de forma evidente. Por contra, la práctica sigue siendo la misma. ¿Por qué son divergentes los hechos y las palabras?», ha preguntado Ormazabal.

EH Bildu cree que si la práctica turística no se adapta al nuevo discurso, el desconcierto aumentará y los ciudadanos no percibirán posibilidad de solución. Al igual que sucede con la vivienda.

En el contexto de la pandemia de la COVID-19 dijimos que era imprescindible iniciar una reflexión de ciudad abierta y estratégica para revisar y reorientar el impacto del turismo en la vida de Donostia, en la economía, en el modelo de desarrollo. Para Ormazabal, ya entonces la pregunta no era «cuándo y con qué ayuda volvería el turismo a la situación precrisis, sino si tenía que volver a la aquella misma situación».

Advertimos entonces que dejar para más adelante la reflexión estratégica sobre el turismo nos llevaría a repetir los mismos errores del pasado. Y así ha sido.

Por ejemplo, entre 2017 y 2019 el crecimiento del turismo fue del 10% anual, aunque el Plan de entonces recogía que el crecimiento no era el objetivo. Pasados los años 2021 y 2022 de pandemia, llega la recuperación total. Diremos más, Donostia sigue marcando «récords» de visitantes, también en pernoctaciones, a pesar de que los precios también son los más caros entre las capitales de Hego Euskal Herria (210,36 euros la media de la noche en agosto).

El nuevo Plan de Turismo que presentará próximamente el Gobierno Municipal recogerá en papel el dilema de la política turística de PNV y PSE, ya que se recogen como prioridad la limitación y la promoción turística, conceptos incompatibles.

Han manifestado públicamente que «hay que controlar y domesticar» el sector. ¿Puede quién hasta ahora ha negado el problema dar con la solución?.

Para EH Bildu, no es posible limitar y fomentar. «Además del incumplimiento del Plan de Turismo vigente, se ha actuado en sentido contrario adoptando medidas de fomento con la creación de nuevos productos turísticos. La película de Woody Allen y el recorrido temático, la intervención de Hondalea en la isla de Cristina Iglesias y la que hasta ayer era la nueva oficina de turismo. El reciente Foro de Turismo Gastronómico de la ONU y el congreso Turespaña a finales de mes alimentan ese deseo de posicionarse internacionalmente».

Para ganar en credibilidad hace falta una autocrítica. Reconocer que se ha hecho en contra de lo recogido, de lo expuesto por la mayoría de los ciudadanos. Una encuesta interna realizada el año pasado por la Oficina de Turismo concluía que el 67% de los donostiarras considera que el turismo ha tocado techo, el 52% se siente desplazado de sus zonas de ocio y el 83% afirma que ha influido negativamente en el precio de la vivienda.

«En sus discursos introducirán la desestacionalización y sobre todo la descentralización como las fórmulas de la solución», ha advertido Ormazabal. Sin embargo, el concejal de EH Bildu propone ir más allá e incidir en puntos clave. Así, ha destacado que una nueva política turística es posible.

«Coincidiendo con el inicio de esta legislatura, en el pleno de julio, se aprobó crear una comisión no permanente para tratar de turismo. Seremos una voz activa y proactiva, pero esperamos que este foro no sea una excusa para languidecer el problema, sino que sea una herramienta eficaz, nosotros trabajaremos para que así sea. Hacer de las palabras hechos».

Trataremos temas que EH Bildu considera urgentes. Por un lado, los alojamientos turísticos y el mercado de la vivienda.

1.- No se puede negar el impacto negativo de los pisos turísticos en el sector inmobiliario. Se trata de un derecho y la Administración pública debe generar oportunidades. La moratoria que ha presentado el Gobierno municipal llega tarde y lamentablemente contempla importantes excepciones: no da cobertura real a zonas saturadas porque pone sobre la mesa la posibilidad de abrir hoteles en edificios singulares, estén donde estén ubicados.

Las zonas a proteger deben ser más amplias para proteger, a su vez, las zonas limítrofes. Cuanto más amplia sea la zona protegida, más alejado queda del foco como posible lugar para pisos turísticos.

Apoyamos que no se abran más pisos turísticos, pero también es imprescindible volver a la normativa de la primera planta, así como hacer una revisión de las licencias que están concedidas.

2.- Muy importante, hay que recuperar y cuidar los espacios de relación de los y las donostiarras. Ahí donde se teje barrio y ciudad, ahí donde se crean redes. En las calles y plazas, en el comercio local, en los parques. La encuesta antes mencionada recoge que la tematización de algunos barrios es preocupante, especialmente en la Parte Vieja. Así lo siente el 80% de los que fueron consultados.

A iniciativa de EH Bildu, el Gobierno municipal ha elaborado una «guía de buenas prácticas» y ha iniciado un procedimiento para convertirla en norma. «Hablamos de tours turísticos y afecta a la Parte Vieja: número de participantes y grupos, horarios, recorridos...», detalla Ormazabal. Sin embargo, esto exige otras medidas.

3.- La economía de Donostia debe minimizar su dependencia del turismo. Pese a ser un sector importante, no se pueden guardar todos los huevos en la misma cesta.

El crecimiento (promoción) y la gestión hoy por hoy, no son compatibles. Pero limitarlo ya no es suficiente. Para que Donostia y sus barrios sean vivibles es necesario revertir algunas situaciones.