AKTUALITATEA


| 2024-10-18 09:55:00

Terminada la temporada de verano, el sector turístico también ha dejado atrás los meses más activos del año; sin embargo, desde EH Bildu creemos que el debate y la reflexión deben seguir su curso. Por nuestra parte, sería irresponsable vincular a una época concreta la reflexión sobre la necesidad que existe en nuestra ciudad para el cambio de modelo turístico y, por supuesto, la disposición a poner propuestas sobre la mesa. El turismo, además de en verano, es una realidad que se da en Donostia durante todo el año, y cada vez más. Es el momento de estar a la altura del debate y de las circunstancias, afrontarlo con altura de miras, valentía y  poniendo a las personas, a vecinos y vecinas, en el centro. No podemos llegar al próximo verano sin haber abordado el debate desde su raíz.

A las puertas del verano lanzamos la campaña bajo el lema “Donostia tiene un límite”. Haciendo una breve valoración, podemos decir que ha tenido muy buena acogida y que el mensaje ha llegado porque hemos conseguido conectar con la ciudadanía. Así, hemos podido comprobar la preocupación que genera entre los y las donostiarras el crecimiento desmesurado del turismo. Es más, nos ha reforzado en la convicción sobre la necesidad de tomar decisiones valientes e implementar medidas eficaces. Nos pondremos en ello.

En una comparecencia ante los medios, el concejal Markel Ormazabal ha señalado que “los datos confirman que el turismo sigue creciendo”. Si comparamos Donostia con las otras dos capitales de la CAV, encabezamos el ránking con diferencia. En la capital guipuzcoana las entradas aumentaron un 4,5%, mientras que en Gasteiz y Bilbo bajaron un 4,8% y un 3, 1%, respectivamente según Eustat.

Urge una nueva política turística. El crecimiento y el modelo de los últimos años han traído consigo importantes impactos, uno de los más graves se ha dado en los barrios con mayor presión turística, con pérdidas constantes de población. En este sentido, el Gobierno Municipal debería dejar de negar la realidad. Eneko Goia ha afirmado en repetidas ocasiones que "comparar Donostia y Venecia le resulta ridículo". Cuando argumenta que Venecia ha perdido habitantes y nuestra ciudad los ha ganado, hay que señalar que en la ciudad italiana la despoblación afecta al casco histórico, uno de los seis distritos. Y eso es justo lo que está pasando aquí. Si tomamos como referencia el año en el que el turismo empezó a crecer exponencialmente, 2015, la ciudad ha ganado 2.650 habitantes. En cambio, en los barrios con mayor presión turística se ha producido en ese mismo espacio de tiempo pérdida de población. La Parte Vieja, Gros y el Antiguo han perdido 1.289 vecinos y vecinas en 7 años, lo que supone el 3,5% de la población.

En este escenario, proponemos alejarnos de las dinámicas que dañan la ciudad, dejar de fomentarlas y restaurar las situaciones afectadas. Es decir, reparar los daños. No se trata, pues, de corregir "lo que puede venir", sino "lo que ya ha venido", en palabras de Ormazabal.

Cuatro lineas de trabajo para un cambio de modelo

1.- Respecto a las ciudades y barrios habitables, lo primero que tendremos que hacer es consensuar su definición. Debemos abrir de forma compartida un debate y una reflexión, desde EH Bildu tendemos la mano. ¿Qué es un barrio habitable? Y no está de más recordar que garantizar el bienestar de la ciudadanía, lo que implica una vida digna, es la única fórmula para un turismo realmente sostenible. Hablamos de modelo de ciudad y, sin duda, esta es la pregunta a responder: ¿Cómo queremos que sean nuestros barrios? Cómo deben ser siempre y cuando podamos desarrollar en él vidas dignas, de manera que podamos nacer y desarrollarnos en nuestros barrios. Garantizar el derecho a la vivienda, disponer de servicios de proximidad, disponer de un espacio público de calidad, cómodo e inclusivo que alimente y garantice las relaciones entre los vecinos.

2.- Sobre la capacidad de carga turística, volvemos a reivindicar: desde EH Bildu hemos puesto sobre la mesa diversas propuestas pero, hoy por hoy, Donostia no tiene este tipo de instrumentos y se ha implantado sin referencias tangibles, como por ejemplo, la declaración de la Parte Vieja como zona saturada. Una opción es establecer criterios matemáticos. En cualquier caso, sea cual sea la fórmula, debe definirse la capacidad de carga. En Donostia tenemos realidades diferentes y es necesario diseñar y aplicar una herramienta específica. También hemos propuesto el índice de turistificación de los barrios que permita medir el grado de vulnerabilidad o resiliencia de la población residente. Las mociones que hemos presentado con tal fin han sido rechazadas y en la actualidad se están tomando decisiones sin tener un medidor.

Solicitamos la integración de la habitabilidad y la perspectiva de la capacidad de carga en las políticas municipales, ya que es necesario identificar las variables de habitabilidad para poder establecer la capacidad de carga del turismo para cada una de ellas. Y solicitamos la intervención en cada caso: en algunos barrios habrá que aplicar medidas de reversión para recuperar la habitabilidad y, en otros, se establecerán medidas de protección y refuerzo para que esa habitabilidad no se pierda.

3.- Necesitamos un nuevo modelo de gobernanza del turismo, fijar normas y tomar medidas. Ormazabal ha afirmado que hay que capacitar a la ciudadanía para planificar la actividad turística, dotarle de competencias. “Para ello proponemos, entre otras cosas, la creación de dinámicas y espacios sostenibles de interrelación entre administración y vecinos y vecinas en los barrios afectados por la turistificación. Por ejemplo, que en temporada alta el alcalde se reúna con los vecinos de los barrios afectados una vez al mes, como se hace en otras ciudades europeas”.

Por otra parte, hay que adecuar las funciones y organización de la sociedad municipal San Sebastián Turismo.

4.- Los 15.000 empleos que genera el turismo y el impacto del 13,9% del PIB en la ciudad indican un desequilibrio en la economía local y un posible riesgo a medio plazo por su alto grado de dependencia hacia el sector que nos ocupa. Habría que reflexionar sobre las actividades económicas y vincular la economía a las necesidades del territorio y de los ciudadanos y ciudadanas. Recuperar los equilibrios será vital. La ciudad está perdiendo constantemente comercios y otros negocios con arraigo y que son seña de identidad y de costumbres. En determinados barrios es especialmente evidente que los servicios básicos están siendo sustituidos por negocios dirigidos a quienes nos visitan. Es evidente que las tiendas de turrones, tartas de queso o souvenirs no aportan valor añadido a los barrios que queremos y por los que nos hemos comprometido desde EH Bildu. Nos toca apostar por una economía local sólida y no dependiente.