AKTUALITATEA


| 2025-02-07 10:39:00

El reto urbano que encara Donostia en un futuro cercano es, sin duda, la transformación de la GI-20. Un proyecto que desde EH Bildu estamos dispuestas a afrontarla y gestionarla con ambición y perspectiva de ciudad. Es un proyecto estratégico al que no renunciamos. Es una realidad que los tiempos actuales demandan una infraestructura que tenga otro carácter y un uso distinto al actual, otra funcionalidad: la carretera, que cumplió 50 años en 2022, debe pasar de trinchera a elemento de unión y dinamizador, una oportunidad para cohesionar los barrios colindantes a la vía, desde Herrera hasta Añorga. La transformación posibilitaría transitar la ciudad de este a oste y disfrutar de ella de una manera más sostenible y amable.

En EH Bildu hemos estado trabajando los últimos años en esa dirección porque estamos convencidas de que este es el futuro. Hemos recogido aportaciones y propuestas de la mano de expertos y agentes, llevando a cabo un trabajo colectivo y colaborativo, basado en la participación y en la escucha barrio a barrio. Y en esa dirección se enmarca la propuesta de resolución que hemos registrado y debatido en las Juntas Generales de Gipuzkoa. Hemos pedido a la Diputación Foral de Gipuzkoa que, junto con el Ayuntamiento de Donostia, empiece a definir los pasos a dar para la transformación del tramo donostiarra de la variante GI-20 y que para ello cree en el plazo de un año un órgano de trabajo entre ambas instituciones, entendiendo, también en esta materia, que la colaboración interinstitucional es
fundamental e indispensable para avanzar.

Una enmienda a la totalidad presentada por el PNV y el PSE a la resolución ha hecho que nuestra propuesta no haya prosperado: vemos con preocupación la incapacidad de ambas formaciones para visualizar la capital de Gipuzkoa del futuro. Es más, resulta preocupante constatar sus contradicciones, sin un criterio único; conviene recordar que en el Ayuntamiento donostiarra el Pleno ha aprobado en dos ocasiones, también con los votos favorables del PNV y del PSE, sendas propuestas a favor de la transformación de la GI-20 promovidas por EH Bildu.

El avance del PGOU lo califica como proyecto estratégico

El mes que viene se cumplen tres años desde que el Gobierno Municipal de Eneko Goia iniciara el proceso de revisión del PGOU. En concreto, el avance del documento contempla la transformación a realizar en la carretera GI-20 y la califica como una de las operaciones más relevantes.

Dicha carretera es competencia de la Diputación Foral de Gipuzkoa, por lo que será necesaria la colaboración y elaboración de un convenio entre ambas instituciones, y es en base a ello que hemos defendido la propuesta de resolución: si queremos dar pasos en esta transformación, si queremos dibujar el futuro de Gipuzkoa, habrá que crear una estructura entre ambas instituciones.

Donostia está ahora inmersa en el proceso de revisión del PGOU; ahora es el momento. ¿Para qué y por qué esperar? Desde EH Bildu creemos que más pronto que tarde será imprescindible que las dos administraciones con competencias directas en esta transformación debatan conjuntamente sobre el tema, se pongan manos a la obra y tomen decisiones por consenso para la ciudad y, en consecuencia, para Gipuzkoa.

Esta propuesta de transformación no puede caer en el juego de los partidismos, debe ser una reflexión conjunta, y para ello es importante decidir por consenso cómo será la transformación de la variante que atraviesa Donostia y reflexionar entre todos y todas, de la mano de los agentes que tenemos implicados, sobre el espacio que la ciudad puede recuperar.

No se trata sólo de transformar una carretera obsoleta y adaptarla a las necesidades actuales, sino de llenar de vida un nuevo espacio urbano en Donostia, y repensar y decidir todo esto entre todos y todas. Ya las Directrices de Ordenación Territorial de la CAV proponen la transformación de carreteras con una simple función de tráfico, incorporando una serie de funciones urbanas.

La transformación de la antigua variante permitirá a Donostia desarrollar en ella tantas necesidades como tiene la zona en la actualidad y permitirá a Gipuzkoa dar ejemplo frente a otros países y consolidando una Gipuzkoa progresista, que mira al futuro.

En EH Bildu estamos convencidas de que es posible. Al igual que el resto de ciudades avanzadas, Gipuzkoa y Donostia deben hacer su aportación para hacer frente a la emergencia climática e implantar otro modelo de movilidad y de ciudad. Como es sabido, el transporte por carretera es la principal fuente de contaminación que tenemos en la actualidad. Por tanto, reducir el uso de vehículos privados e implantar un nuevo modelo de movilidad sostenible son dos de nuestros retos importantes e ineludibles.

El Gobierno foral ha mostrado falta de visión y perspectiva de futuro, y nula voluntad para la colaboración. Y en lugar de ponerse a trabajar con la propuesta, se ha dedicado a poner trabas pese a saber que la transformación futura es estratégica.

También ha utilizado el PGOU con la excusa de que en el proceso de revisión se decidirá qué hacer. Pues bien, somos conscientes de que la revisión es larga y que el Plan General no se aprobará al menos hasta 2030. Si somos conscientes de que la transformación se va a llevar a cabo y que es necesaria para la ciudad, así como de que los y las donostiarras han expresado sus dudas y opiniones al respecto en el proceso de participación del documento, ¿para qué esperar? Es el momento de abordar el tema más pronto que tarde.