El número de personas que viven en situación de calle en Donostia va aumentando año tras año -es más, casi se ha duplicado la cifra en dos años-. Iniciativas como el recuento bianual que hace escasas semanas Kale Gorrian llevó a cabo en distintos barrios de la ciudad para tratar de cuantificarlas, los datos de atención ofrecidos por Caritas Gipuzkoa (con un incremento del 73% respecto al 2023) y las listas de espera de los recursos de la atención a la exclusión social de Donostia (con 200 personas a la espera para recibir apoyo alimentario o tickets para poder darse una ducha que se agotan e horas) y de la Diputación Foral de Gipuzkoa (con más de 6 meses de espera para realizar la valoración que da opción a diferentes servicios) así lo demuestran.
La cantidad de platos calientes (alrededor de 300) que cada noche ofrece la iniciativa Kaleko Afari Solidarioak en Amara Berri, Parte Vieja y Centro atestiguan, además, un modelo de atención a la exclusión social y al sinhogarismo desde nuestras instituciones con numerosas carencias y a falta de una estrategia coherente con los tiempos actuales, ya que son cada vez más las personas que en nuestra ciudad están desprotegidas, en situación de vulnerabilidad y que tienen que buscar apoyos en este tipo de redes comunitarias de apoyo para subsistir.
Desde EH Bildu asimilamos esta realidad con preocupación, más si cabe en un contexto en el que las cenas solidarias han sido prohibidas y criminalizadas, extendiendo los mensajes racistas y xenófobos de la derecha y la ultraderecha, tal y como hemos vuelto a ver este fin de semana en los incidentes de la plaza Easo. «Resulta sorprendente que, pese a comprobar el grado de demanda, y sin tomar medidas para ampliar el número de servicios, se castiguen y prohíban iniciativas solidarias como la de KAS. Para muchas personas este recurso es su único alimento», tal y como defendió la concejala Olaia Duarte en las comisiones del pasado mes de septiembre.
A las instituciones públicas les corresponde reforzar y mejorar sus servicios y revisar los protocolos con el fin de adaptarse y responder de la manera más integral posible a una realidad que requiere compromiso político, inversión y estrategias compartidas entre diferentes marcos institucionales y el tejido asociativo. En ese sentido, la falta de voluntad de este Gobierno municipal para intentar dialogar con KAS en aras de evitar la prohibición que finalmente se consumó es preocupante, tanto como tener conocimiento del protocolo del frío para este invierno (del 15 de noviembre al 1 de abril) a través de los medios de comunicación y no de forma previa ni directa. No hay voluntad de diálogo, ni de tratar recabar aportaciones que ayuden a mejorar la atención a la exclusión en esta ciudad.
Y es que, cada vez que llegan las bajas temperaturas se repite el debate, y en opinión de EH Bildu no basta con reaccionar cuando se acercan los meses más frÍos, la situación requiere un debate sostenido en el tiempo que dé lugar a medidas integrales y permanentes. De hecho, el protocolo recién presentado en prensa para la apertura de La Sirena este invierno sigue siendo confuso: se establece el umbral de las bajas temperaturas en los 5º para atender a personas consideradas “frágiles” en la calle y ofrecerles ropa de abrigo, pero no se abrirá el albergue de La Sirena en su totalidad (100 plazas para las 413 contabilizadas en calle este año), hasta que Euskalmet dé aviso por temperaturas mínimas o heladas en la zona de costa. Nos preguntamos dónde queda la igualdad de oportunidades y el derecho universal a las prestaciones recogido en la ley vasca de Servicios Sociales en este caso o qué se considera por ‘temperaturas extremas’ para abrir el servicio. Además, las personas que quieran acceder al albergue invernal, sólo podrán hacerlo si presentan el ticket que autoriza para ello y que se solicitará en el propio albergue de Ondarreta el primer día de apertura dentro de cada ola de frío en horario de 10:00 a 13:00. No se entiende obligar a decenas de personas a cruzar la ciudad bajo condiciones meteorológicas adversas a primeras horas de la mañana para no poder acceder al albergue hasta las 22:00 de la noche y sin garantizar que aún acudiendo hasta ahí puedan tener plaza.
Además de esto, con la propuesta de Presupuestos que ha presentado este mes el Gobierno municipal de Eneko Goia hemos constatado que las partidas destinadas para hacer frente a la exclusión social y el aumento del sinhogarismo y la cantidad de personas en situación de calle no son compatibles para dar una respuesta eficaz ni suficiente.
Recibimos con positividad la apertura, al fin, del Centro de Día para personas sin hogar Villa Salía, proyecto que se inauguró en la legislatura de Juan Karlos Izaguirre con el nombre Hestia y que llega ahora renovado con 8 años de retraso (debía de estar abierto para 2016), pero, es evidente, que estas 24 plazas no van a poder responder a la demanda actual.
Con todo ello, este jueves llevamos al Pleno una moción de control para mejorar los recursos municipales para atender a las personas que en Donostia viven en situación de calle a corto plazo, a sabiendas de que necesitamos diseñar una estrategia territorial de atención a la exclusión social que creemos que Donostia debe liderar como capital y en la que EH Bildu se compromete a trabajar:
• En primer lugar, pedimos que las preocupaciones que se pueden generar en torno a iniciativas solidarias como las de KAS se trabajen y solucionen a través de un diálogo ordenado y organizado con el fin de poner sobre la mesa una alternativa real y nunca siendo la prohibición la solución.
• También pedimos que el Gobierno municipal explique cómo va a elaborar la estrategia integral contra la pobreza y la exclusión social a la que se comprometió en la propuesta de resolución debatida en el pleno de Política General de octubre. Instamos a PNV y PSE a que compartan este proceso con el resto de las grupos políticos con representación en el pleno.
• La moción de control también recoge la petición para mejorar las ayudas a las personas en esta situación de extrema vulnerabilidad, por ejemplo, ampliando los servicios de alimentación y reduciendo las lista de espera actuales.
• Pedimos al Gobierno de Eneko Goia que adecúe el protocolo de invierno del servicio Ateak Zabalik a las necesidades actuales y abrir las 100 plazas de La Sirena durante todo el invierno sin esperar a las temperaturas extremas y que incluya el servicio de alimentación en el citado protocolo.
• Por último, pedimos que se priorice la atención a las mujeres en situación de calle en todos los servicios, tal y como recomienda la Estrategia Vasca para Personas sin Hogar.