AKTUALITATEA


| 2021-10-04 13:35:00

En la Junta de Gobierno Local de mañana martes está previsto “dejar sin efecto y archivar el expediente del convenio referente a la ordenación de los diversos suelos de la ladera de Aldakoenea y del Instituto de la Construcción de Altza”. Al parecer, esta decisión sería consecuencia de las alegaciones presentadas por la ciudadanía, debiendo el Gobierno municipal reformular dicha operación.

En opinión de EH Bildu, esta marcha atrás en el proyecto es una oportunidad de oro para que atienda a las necesidades reales tanto de Egia-Gros como de Altza, ya que el convenio que se va dejar ahora sin efecto respondía más a intereses especulativos que a las necesidades de la ciudadanía.

Es totalmente necesario que el Gobierno de Eneko Goia rectifique de raíz el proyecto. La ciudadanía de los barrios afectados no entendería un mero cambio formal. El nuevo convenio debe incluir más viviendas de protección en Egia y, en el caso de Altza, se debe utilizar el Instituto de la Construcción para ubicar un proyecto económico y formativo potente que sirva de motor para la reactivación del este de la ciudad.

Como se recordará, en enero de este año se anunció que Kutxa y el Gobierno municipal de Donostia (PNV-PSE) habían acordado poner en marcha una polémica operación urbanística en el ámbito de Aldakoenea, en Egia, en el límite con Gros. En la fase de exposición pública dicho convenio recibió una gran cantidad de alegaciones por parte de asociaciones vecinales y personas a título individual.

El punto más controvertido de esta operación era la decisión de vincular el ámbito urbanístico de Aldakoenea con el Instituto de la Construcción en Altza. Con ello, los impulsores del proyecto querían conseguir quitarse de encima parte de las obligaciones legales de construcción de vivienda protegida y equipamientos en Aldakonea.

Así, conseguían maximizar la construcción de vivienda libre en una zona céntrica de la ciudad, donde los márgenes de beneficio son mucho mayores, llevando las viviendas de protección a Altza, una zona no tan susceptible de especulación como Egia-Gros. Por tanto, EH Bildu denunció en su día que la operación buscaba el máximo beneficio privado al mínimo coste y que, por tanto, era una operación eminentemente especulativa que no respondía a las necesidades ni de Egia, ni de Altza, ni de la ciudad.

Desde el punto de vista de la planificación urbana y del modelo de ciudad, segregar a la población de esta manera, llevando las viviendas de protección a la periferia y reservar las parcelas del centro a las rentas más altas, es del todo inadmisible. Las desigualdades entre barrios en Donostia van en aumento año tras año, y la operación de Aldakoenea debe ir en la dirección de revertir esos desequilibrios, no de aumentarlos, como se pretendía en el convenio que mañana quedará sin efecto.