AKTUALITATEA


| 2021-10-20 12:08:00

Markel Ormazabal

Desde EH Bildu tenemos que decir un ¡Basta Ya! muy alto ante este nuevo despropósito, porque es insostenible permitir más hoteles en Donostia, tanto desde el punto de vista de modelo de ciudad, como desde el punto de vista de la lucha contra el cambio climático y, además, el caso concreto de este hotel es aún más grave porque se proyecta en una zona tan amenazada como es Antondegi.

En primer lugar, este hotel es el enésimo ejemplo del modelo de desarrollo impulsado por Eneko Goia es estos más de 6 años como alcalde. Hoteles y más hoteles; neoliberalismo duro. Ya en junio EH Bildu cifró en más de 30 los permisos concedidos por Goia para nuevos hoteles y, desde entonces, parece que han pisado el acelerador. Y es que, además de seguir tramitando los proyectos en marcha, como Mariaren Bihotza y Pio X, han concedido licencia al hotel de Garibai y al del Bellas Artes, además de este hotel al que nos referimos hoy. Lo volvemos a decir: ¡Basta ya de hoteles! En Donostia hace tiempo que no cabe ni un hotel más. Las consecuencias de esta proliferación sin control son bien conocidas. No hace falta más que observar lo que ha pasado en otras ciudades.

En cuanto a la crisis ecológica que padecemos, este nuevo hotel es aún menos comprensible al pretender ubicarse en las márgenes de un río. Cuando absolutamente desde todas las instancias, públicas y privadas, desde la ONU hasta el Gobierno Vasco y la Diputación, están alertando de las consecuencias del cambio climático y la necesidad, entre otras muchas cosas, de la no ocupación humana de las riberas, parece que en Donostia algunos quieren seguir mirando para otro lado, como si el cambio climático no fuera con ellos y ellas. Y lo que es más grave: en marzo de 2020 el Ayuntamiento de Donostia proclamó la situación de emergencia climática que, ente otras medidas, pedía “restringir la ocupación de nuevos terrenos y renunciar a la ejecución de parte de los suelos clasificados como urbanizables en el Plan General de 2010”. Y si en algún paraje es aplicable esta medida es, precisamente, en el entorno de Antondegi.

Por último, hilando con lo anterior, es necesario proteger la zona de Antondegi. No puede ser que un espacio verde lleno de biodiversidad como este esté amenazado por un lado por un parque de atracciones del Surf y por el otro por un nuevo hotel.

Garbiñe Alkiza

Como decimos, varios vecinos y vecinas de la zona de Antondegi se han puesto en contacto con EH Bildu para poner en nuestro conocimiento la construcción de este nuevo hotel. Junto a ello, nos han transmitido que se sienten abandonados por el Ayuntamiento. Les han comunicado multitud de cambios urbanísticos, pensados todos ellos para satisfacer las necesidades de ambas infraestructuras turísticas (surfpark y hotel), en ningún caso para mejorar sus condiciones de vida. Estamos ante un ejemplo más del modelo de desarrollo de la ciudad con Eneko Goia de alcalde: se priorizan determinados intereses privados por encima de las necesidades reales de la población.

Por todo ello, desde EH Bildu queremos denunciar lo siguiente:

Que este nuevo hotel choca por partida doble contra la Declaración de Emergencia Climática de Donostia, porque va a ocupar nuevos terrenos y porque lo va a hacer en una zona de especial sensibilidad medioambiental como es el entorno de Antondegi.

Que la proliferación de hoteles ha hecho saltar todas las alarmas entre la ciudadanía donostiarra. En estas últimas semanas se ha dado luz verde a multitud de proyectos: Bellas Artes, Garibai, Sagues, Gros, el Centro… y ahora toca Antondegi. Parece que el Gobierno municipal que dirige Eneko Goia no tiene ninguna idea para esta ciudad que no pase por hacer hoteles.

Y lo que hace de este hotel un despropósito total es que se quiera hacer en la ribera del Urumea. ¿A quién se le ocurre construir un hotel a las orillas de un río? ¿No hemos aprendido nada de las consecuencias de construir en zonas de ribera? Desde todas las partes alertan sobre los peligros de la ocupación humana de las riberas ante las consecuencias imprevisibles del cambio climático.

Estamos a tiempo, paremos el hotel de Antondegi y dejemos aquella zona en paz.