Euskal Herria es una Nación. Somos una nación. Una Nación que aspira a convertirse en un Estado, en una República de personas libres e iguales. Una nación de personas con diversos orígenes, pero con un horizonte compartido de prosperidad y justicia social.
Somos una nación que se forjó en los hornos altos, con el mineral de los montes de Triano y el fuego del trabajo de miles de obreros y obreras. Somos una Nación que mira al pasado con orgullo y al futuro con esperanza, mientras trabaja en el presente desde el compromiso y la vocación de lucha.
La clase trabajadora es el motor de este país, y por eso hoy, desde Ezkerraldea, desde Sestao, frente al monumento a esa clase trabajadora, proclamamos que una Euskal Herria libre y soberana, un Estado vasco, no es solo un mecanismo para satisfacer las aspiraciones nacionales del pueblo vasco, sino que puede y debe ser un instrumento político para construir un modelo de sociedad justo, igualitario y sostenible.
Queremos un Estado vasco para defender los derechos y las necesidades de la mayoría trabajadora. Para contar con más instrumentos para luchar contra la precariedad laboral, la carestía de la vida o la carencia de vivienda. Para desarrollar mejor nuestra economía y nuestros servicios públicos y proteger el planeta.
En estos días se agitan los fantasmas. La extrema derecha española desata vientos golpistas. No pasarán. Tampoco pasaron en el 36, por mucho que sojuzgaran esta tierra por las armas. Dominaron, pero no pasaron por encima de la voluntad de la gente de Euskal Herria. Hoy los franquistas, los fascistas que a día de hoy se llaman PP y Vox, son una minoría residual e intrascendente en Euskal Herria, mientras esta nación se vertebra en torno a la identidad vasca y las ideas de progreso que trataron de erradicar.
Pueden hacer daño, pero no pueden hacer desaparecer a este pueblo y ni su ansia de libertad. Al igual que mataron a Santi y Josu, pero no hicieron desaparecer sus ideas. Decenas de miles de vascos y vascas les recordaremos este sábado, al igual que cada día a lo largo de estos años les hemos recordado como ejemplo y acicate para seguir luchando por las ideas por las que ellos dieron la vida. Recordaremos también a la Palestina que hoy es Gernika, sometida a una operación de castigo indiscriminado que pasará a los anales de la historia de la infamia. ¡¡Palestina Libertad!!
Seguimos pensando que otro mundo es posible, pero solo si somos capaces de construirlo entre todas y todos. La libertad de los pueblos es una característica de ese mundo con el que soñamos. Nuestra forma de estar en ese nuevo mundo es desde una Euskal Herria libre, en relación solidaria con el resto de personas y pueblos. Este sábado lo dejaremos claro una vez más: somos una Nación, una nación de trabajadores y trabajadoras. ¡Una nación que será libre!