Esto surge de una ocurrencia, de alguien que tiene la necesidad de asomar la cabeza, no de una reflexión del movimiento feminista, colectivo que entiendo que está legitimado como para hacer una propuesta de ese tipo. Esto ha salido de otro sitio, y no le vemos ningún sentido. El movimiento feminista ha querido llenar de contenido este día, lleva años haciéndolo, y propuestas como esta lo único que hacen es eclipsar estos contenidos o reivindicaciones ¿no? Ahora el debate que se ha instalado es si este día debe ser festivo o no, en vez de estar discutiendo de los problemas reales que hay.

 

De Miguel es corrupción, esto no. Las cosas como son. Pero cuando surgió lo de De Miguel, nosotros planteamos crear una oficina anti-corrupción, y tanto PNV como PSE-EE votaron en contra, como hacen siempre con este tipo de propuestas. Y su razonamiento era que ya teníamos suficientes herramientas como para solucionar estos casos. Este no es un caso de corrupción pero si de amiguismo, y este tipo de casos están muy expandidos y normalizados. Y aunque no sean ilegales, si representan una práctica incorrecta, que está muy extendida dentro de este Gobierno. La trasparencia no es una de sus mejores cualidades, entonces, si ni siquiera son capaces de controlar el paso de sus propios miembros en su camino del ámbito público al privado… lo que nos queda claro es que los casos que van más allá son pura condescendencia.

 

Aquí hay un código ético. Cuando después de realizar una responsabilidad pública, pasas al ámbito privado, hay que controlar ese salto, y hay una fase de dos años para evitar cualquier tipo de vicio. Eso no quiere decir que tienes que esperar esos dos años si o si, depende de la relación que vaya a tener tu trabajo privado con la labor que hayas desempeñado en el ámbito público. Aquí el asunto es que hay un contrato de 6 millones de euros, firmado por la empresa a la que ha ido esta persona firmado con la administración a la que pertenecía, esto no diremos lo que es… pero creo que merecemos explicaciones.