AKTUALITATEA


| 2020-05-08 13:45:00

 

La frase del titular es de Ilargi González Mendizabal, hija de dos años y medio de los presos políticos Idoia Mendizabal y Jon Gonzalez. Si la epidemia está afectando seriamente a la sociedad, no digamos a quienes se encuentran en situaciones especiales. Un indicador importante es el de las/os presas/os. La interrupción de las comunicaciones y de las fuentes de información han supuesto el debilitamiento de las vías de relación con familiares y amigas/os. Y la situación es más gravosa para quienes tienen familia de corta edad.

Es el caso de Idoia Mendizabal y Jon González. Amets va a cumplir 6 años y no ha estado físicamente con su madre desde el 14 de febrero. Vive en Ordizia, con la familia de Idoia. Ilargi está con su madre en la cárcel de Picassent y, desde que empezó el estado de alarma, sólo ha podido estar con su hermano y su padre a través de una. Hemos hablado de todo ello con Maiaio, madre de Idoia.

 

¿Cómo están Idoia, Jon y las/os niñas/os?

Con mucha rabia por la situación, sobre todo por Amets e Ilargi. Desde el 14 de febrero no han podido estar juntos y a Amets, el mayor, solo lo han podido ver una por videollamada, desde el 17 de marzo. Han aceptado e incluso han entendido, en parte, que la relación de pareja será así hasta que pase esta situación, pero lo de los niños es muy duro.

 

La pandemia ha debilitado las vías de comunicación, ¿la videollamada es la única que tienen?

La posibilidad de la videollamada es nueva para ellos. Desde que comenzó la situación de alarma, en casa creo que hemos tenido dos con Idoia, pero Idoia e Ilargi no han podido hacerla con Jon hasta hace dos semanas. Ahora ya han empezado a dejar que utilicen esta vía, pero durante todo este tiempo no se han podido ver.

 

¿Y cómo llevan Ilargi y Amets esta situación?

Mal. Para los niños no es fácil entender qué pasa y, en el caso de Amets, por qué no puede ver a su padre y a su madre. La última visita del 17 de marzo, que iba a ser vis a vis, fue a través del cristal, por lo que Amets –cumplirá en breve 6 años- no ha podido estar con su ama y su aita desde hace tres meses.

Ilargi, cuando nos llaman desde la cárcel, nos pregunta “¿cuándo vais a venir a vernos?” Imagínate el cuerpo que se nos queda…

Además de las comunicaciones, ¿qué otro cambio ha habido en la cárcel?

En nuestro caso, al menos, sólo se han interrumpido las visitas entre la pareja y el niño. El resto no ha sufrido modificaciones. No han adoptado medidas sanitarias o preventivas extras, ni han repartido guantes ni mascarillas. Dicen que hay casos de contaminación, sobre todo entre funcionarios, y hay dos módulos aislados por este motivo, pero el resto no ha cambiado nada.