AKTUALITATEA


| 2025-03-25 09:52:00

En julio de 2024 Euskal Herria Bildu firmó un preacuerdo con el PNV y el PSE en las Juntas Generales de Gipuzkoa, como resultado a una ponencia realizada con docenas de expertos. La coalición soberanista aceptó este preacuerdo como base, ya que incluía elementos determinantes para definir una política fiscal adecuada.

Sin embargo, según ha explicado la portavoz de Gipuzkoa, Maddalen Iriarte, “cuando enviaron las normas forales a las instituciones vimos que no se recogían las bases que son determinantes en nuestra opinión. En concreto, no se contemplaban medidas para ir acercando las rentas de trabajo y capital, el impuesto de sociedades y mayor progresividad en el IRPF. Además de eso, el planteamiento del PNV y el PSE es un planteamiento que va a disminuir los ingresos.”, ha explicado.

Iriarte ha destacado varias cosas que han ocurrido desde julio. Por un lado, la falta de coherencia por parte de los dos partidos que conforman el gobierno foral. De hecho, aunque en julio de 2024 decían que el acuerdo era bueno, ahora el PNV y el PSE se han olvidado esa base tanto a la hora de convertirla en norma foral, como en el proceso hasta llegar a su aprobación.

Por otro lado, también se han olvidado de la ciudadanía a medida que han ido recorriendo el camino. Se han olvidado los contenidos, de la ciudadanía, del objetivo y del rumbo, de todo ellos. Por qué y porque han convertido en objetivo el acuerdo en sí, que debería ser una herramienta y no objetivo. Y no sólo eso, sino también hemos visto falta de dirección y de visión, porque parece que les da igual ir hacia un lado o hacia el otro. Este gobierno de Gipuzkoa en cerrazón ha optado por seguir en ese estado por encima del bienestar de la ciudadanía de Gipuzkoa.

Los retos a los que se enfrenta este país, y esta es una afirmación compartida, exigen un aumento de la recaudación para poder responder con suficiencia a las necesidades que tienen este país y su ciudadanía. Por tanto, “una reforma fiscal, y sí, digo reforma, debe tener como objetivo principal aumentar la capacidad recaudatoria del sistema tributario para que quien más tiene realmente aporte más”, en palabras de Iriarte.

Además de este objetivo principal, la reforma debe tener otros objetivos, como la promoción de la igualdad de género, la transición ecológica, la contribución al ejercicio del derecho subjetivo a la vivienda, o la protección de la actividad de la microeconomía diversa y tan arraigada en nuestro país, de la actividad de las multinacionales.

Al mismo tiempo, es fundamental que el sistema fiscal y, en este sentido, la reforma que nos ocupa, sea lo más armonizada posible entre los territorios vascos y que los recursos financieros se distribuyan de forma equilibrada en el seno del sistema institucional.

La actual reforma fiscal debe ser el punto de partida para ir acercando nuestra presión fiscal al nivel que tienen los países más avanzados. Para ello, y para empezar, por tanto, hay que tener un planteamiento que aumente los ingresos. No podremos hacerlo en un solo golpe, así que tenemos que dibujar ese proceso. Y debemos dedicarnos a ello con responsabilidad.

En este sentido, y tal y como he dicho al principio, hemos presentado una enmienda a la totalidad a la propuesta que han hecho PNV y PSE. Esta revisión fiscal no propone un incremento la recaudación, ni incluye otros ejes imprescindibles.

El sistema tributario ahora vigente proviene de la reforma llevada a cabo en 2007 de la mano del PP. La actual, está encaminada en la misma dirección, es decir, regresiva. Es una lista de deducciones, elaborada con indicios populistas y demagógicos, con la excusa de que que viene a ayudar a las rentas más bajas, evitando medidas que afecten a las rentas más altas, a las rentas de capital. Así es la propuesta inicial, la derivada después de aplicar las 54 autoenmiendas realizadas por PNV y PSE y la finalmente consensuada con Podemos, que por cierto sólo hemos conocido a través de los medios de comunicación.

EH Bildu tiene claro que está aquí al servicio de la ciudadanía y para garantizar su bienestar. Y en consecuencia, que es lo que centra su actividad. Lo acordado en julio de 2024 era una base adecuada, en forma y letra, y lo seguimos pensando. Conseguimos un gran consenso en Gipuzkoa, entre los tres partidos que formamos mayoría en esta parte de Euskal Herria. Pero nosotras tenemos claro que los acuerdos son herramientas y no un objetivo en sí mismo.

EH Bildu está en acuerdos que garantizan el bienestar. En acuerdos políticos progresistas y que conlleven la distribución real de la riqueza. EH Bildu no participará en operaciones de blanqueo. Y eso es lo que han estado promoviendo ahora. “Y voy a decirlo claramente: en lugar de hablar de la aportación de los que más tienen, nos han hablado de las deducciones y además han dejado fuera de esas deducciones a las personas que más necesitan estas ayudas, a las miles de personan que tienen ingresos por debajo de los 20.000 euros, sobre todo, jóvenes y mujeres”, ha explicado Iriarte.