Leer es vivir sin miedo. Abrir un libro y cerrar los ojos y coger aire y descubrir que el protagonista de la historia ya no es hombre sino escarabajo y que, en esencia, todo lo importante ha sucedido ya. Solo tienes que dejarte llevarpor el vaivén de las olas de la Woolf y recoger al vuelo la carta de amor apasionado de Fabricio.
Leer para soñar y espantar el ruido que no te deja dormir. Leer sin reparar en el tiempo. Leer para que un nuevo día no te descubra desnudo en mitadde tus miedos.
Cuando todo parece que está perdido siempre podemos recurrir a esa historia que dejamos inconclusa, a ese libro que duerme en la mesilla de noche, al recuerdo de la portada que vimos en el escaparate de la única librería que permanece abierta en nuestro pueblo.
Cuando tus días son igual de negros que tus noches y sientes que te falta impulso para seguir adelante, no tengas dudas y abre un libro, el que sea. Volverás a esos días azules, a ese sol de la infancia que reencontró Machado tras una larga vida de sueños frustrados por el ruido.
Leer es soñar. Soñar en medio del ruido.