AKTUALITATEA


| 2022-01-29 12:17:00

La variante GI-20, esta que está a mis espaldas, se construyó en los años 70. En aquel momento parecía que era la solución a todos los problemas, logrando liberar a la ciudad del tráfico de vehículos pesados que atravesaban el centro y pacificando muchas arterias antes congestionadas.

Sin embargo, desde que se construyó el “segundo cinturón”, el tráfico se ha reducido a la mitad, su función principal ha cambado y, a pesar de ello, sigue teniendo las mismas dimensiones y ocupando el mismo espacio.

Así, casi 50 años después de su construcción, la variante GI-20 se encuentra a las puertas de una nueva transformación. Las ciudades socialmente más avanzadas de nuestro entorno ya están inmersas en este tipo de procesos de transformación de sus autovías, rondas o variantes: Donostia no puede quedarse atrás.

Y es que Donostia siempre fue una ciudad moderna; siempre a la vanguardia de los cambios que llegaban de Europa. Sin embargo, en los últimos tiempos se quiere imponer un modelo de desarrollo que nos está alejando, paso a paso, de las ciudades más avanzadas. La transformación de la variante nos brinda una oportunidad inmejorable para que Donostia se vuelva a subir al tren de la modernidad. Una nueva oportunidad para construir entre todos y todas una ciudad que tenga como eje la mejora de las condiciones de vida de sus habitantes.

Si la variante se transformara en una avenida urbana, reduciendo el espacio que ocupa ahora, pasando de tener 3 carriles a dos y eliminando la mediana, se librarían las dos terceras partes de su espacio actual, con la posibilidad, por tanto, de dedicarlos a otros usos. Estamos hablando de que 60 hectáreas quedarían libres para el uso y disfrute de la ciudadanía.

La transformación de la variante es cuestión de tiempo. Y la voluntad de EH Bildu es abrir un debate sobre los usos de los espacios liberados, considerando todo ello como un proyecto de ciudad a medio-largo plazo.

Por tanto, no estamos proponiendo solo transformar una antigua carretera y adaptarla a las necesidades actuales, sino de repensar y decidir entre todos y todas cómo dotar de vida y de futuro a este nuevo espacio urbano que vamos a crear en Donostia.

Proceso participativo

Actualmente, la antigua variante ya no rodea Donostia: la divide como una trinchera. Esta trinchera separó zonas de la ciudad, hasta entonces unidas física y socialmente, y ocupó espacios anteriormente llenos de vida. Es el momento de curar esas “heridas urbanas” y darle nuevos usos acordes con las necesidades de los y las donostiarras del siglo XXI.

EH Bildu pondrá en marcha durante todo 2022 un proceso participativo con el objetivo de conocer las opiniones, anhelos y necesidades de los y las vecinas de las zonas que atraviesa la variante.

Vaya por delante que EH Bildu no pretende presentar un "proyecto cerrado" de transformación de la variante, pero tampoco una "página en blanco". Partimos de los principios transformadores que guían los pasos de las ciudades socialmente más avanzadas de nuestro entorno:

• Dar pasos hacia la Ciudad 15 minutos y acabar con los barrios dormitorio

• Superar el modelo centralista de ciudad

• Apuesta por la movilidad sostenible y la reducción de emisiones de CO2

• Garantizar el derecho a la vivienda, principal problema de Donostia

• Dejar de artificializar zonas verdes

Asimismo, la participación de los agentes sociales de la ciudad es una condición sine qua non para el éxito de la transformación de la variante: grupos que apuestan por la movilidad sostenible, asociaciones por el derecho a la vivienda, movimiento feminista, organizaciones ecologistas, comunidad educativa, comerciantes, grupos culturales, deportivos... Se trata, en definitiva, de un proceso participativo abierto a todos y todas las donostiarras.

En definitiva, la ciudadanía donostiarra va a ser la protagonista en todo el proceso. Serán los y las donostiarras las que darán su opinión, harán propuestas, debatirán y, sobre todo, decidirán qué se va a hacer con el espacio que se libere.

Con este proceso participativo, EH Bildu asume su responsabilidad y se compromete a presentar a principios de 2023 una propuesta integral a la altura de una fuerza política transformadora que aspira a gobernar Donostia, Gipuzkoa y Euskal Herria.