AKTUALITATEA

| 2019-11-26

El Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo ha vuelto a condenar al Estado español por vulnerar derechos democráticos básicos de la ciudadanía vasca, en este caso, por no respetar los derechos procesales de los presos vascos, a quienes se deniega el acceso a un proceso legal con garantías y a ser oídos de forma equitativa y públicamente por un tribunal independiente e imparcial. Y es que hoy el Tribunal de Estrasburgo ha condenado al Estado español por negar la posibilidad de presos vascos de ejercer su derecho a la defensa e inadmitir injustamente sus recursos de amparo y acceso a una respuesta en justicia. El sistema a que se les somete es arbitrario y alejado de los estándares democráticos básicos.

No es la primera vez que desde Europa llaman la atención al Estado español en el acceso de ciudadanos vascos a la justicia. Fue el caso de los procesados en Bateragune, condenándose al Estado por no proporcionarles un proceso imparcial, es el caso de las repetidas condenas por negarse a investigar las torturas...

Todas estas resoluciones deberían hacer reflexionar al Estado español sobre la calidad democrática que ofrece a la ciudadanía que vive y trabaja en su territorio. En el caso concreto, desnuda además una política penitenciaria de excepción, fundamentada en la arbitrariedad, en la venganza, que no tiene sentido en un sistema realmente democrático y que no es acorde con los tiempos que vivimos y con la salvaguarda de los derechos fundamentales que asisten al colectivo de presos vascos.