Arnaldo Otegi:
En su día, cuando se formó el Gobierno entre el Partido Socialista y Podemos. Nosotros hicimos una reflexión, mucha serenidad y con mucha solidez y dijimos, No es lo habitual que la izquierda independentista vasca sostenga o de apoyo o deje pasar Gobiernos en el Estado español. Pero la reflexión que hicimos fue después de la Segunda República. Es la primera vez que hay un Gobierno de coalición en el Estado español, en el que hay una fuerza política que defiende la plurinacionalidad y el derecho de autodeterminación además de un programa social socialista. Y por lo tanto, dejamos pasar ese Gobierno y lo denominamos un Gobierno de ventana de oportunidad. Eso es lo que nosotros hicimos. Ahora ese Gobierno ha hecho muchas cosas, unas bien y otras mal, pero muchas las ha hecho bien. Pero al final, en los últimos años, parecía que algunos entendían que, como la alternativa era peor, Eso ya valía para que el Gobierno se mantuviera. Nosotros pensamos que con lo que está sucediendo esa fase está concluida. Es decir, que no se puede sostener este Gobierno tan solo con el argumento de los que vienen son peores, que son bastante peores, que son bastante peores y que no están en absoluto, digamos libres de casos de corrupción. Ahora estamos asistiendo a espectáculos que nos llama la atención. Pero, en fin, lo que decimos a este Gobierno es ya solo con decir que los otros son peores, ya no basta.
Detrás de todo esto, también bien. Hay una operación política de calado en la que ya nos faltaba. La Conferencia Episcopal se apuntó hace una semana que busca no luchar contra la corrupción porque ellos están de corrupción hasta arriba.Lo que se busca es acabar con un Gobierno que ha abierto las puertas a la colaboración con las fuerzas independentistas, que ha puesto en marcha planteamientos más o menos progresistas y lo que se busca es acabar con las políticas de respeto a la plurinacionalidad del Estado. Esto lo explica bien el señor Aznar en la entrevista de El Mundo.
Lo que habría que hacer es lo que no se hizo en el año 78. Es poner en marcha un proyecto democrático, popular y plurinacional. Poner en marcha un escenario realmente democrático, un proyecto que combata de manera estructural la corrupción y un proyecto que suscite mayorías populares en Euskal Herria, en Cataluña y en otros pueblos del Estado.