El 4 de mayo el Ayuntamiento de Zaldibar envió un correo anunciando los udalekus. La inscripción se llevaría a cabo entre el 17 y el 31 de mayo y tendrían una duración de una semana. Además, los grupos se organizaban por franjas de edad. Esto provocó las quejas de algunas familias, que tenían que enviar a sus hijos e hijas en semanas distintas, reduciendo las posibilidades de conciliación. Por otro lado, a diferencia de las localidades vecinas, Zaldibar ofreció udalekus de una semana. Ante estas condiciones, varias familias decidieron no inscribirse.
EH Bildu, en previsión de problemas, solicitó el 5 de mayo convocar una comisión de urgencia para tratar el tema y buscar una solución. Nuestro objetivo era mejorar las posibilidades ofrecidas antes de que se iniciase el periodo de inscripción. El gobierno municipal (PNV y PSE), decidió no celebrar una comisión extraordinaria y convocó la comisión ordinaria para el 18 de mayo, con el plazo de inscripción ya iniciado. En la comisión los y las representantes de EH Bildu realizaron diferentes propuestas para mejorar la situación.
El Gobierno Vasco establecía entonces la existencia de un monitor o monitora cada seis niños y niñas y el gobierno municipal planteó esto como límite desde el principio, sin ninguna voluntad de ampliar el presupuesto destinado. La asociación que organiza los udalekus no podía contratar más personas con ese presupuesto. Hay que dejar claro que ha sido decisión del gobierno municipal no reforzar los udalekus.
Es decisión del Ayuntamiento mantener el mismo presupuesto que en 2019 y 2020. Hay que recordar el contexto en el que se dieron los udalekus de 2020: clases cerradas a lo largo del curso y una situación en la que predominaba la incertidumbre. En 2021 la situación es distinta, los niños y niñas han estado todo el año en la escuela y era previsible que aumentara el número de inscripciones. El equipo de gobierno no fue capaz de preverlo y planteó los udalekus en las mismas condiciones que en 2020.
Tras la inscripción se flexibilizaron ligeramente las condiciones establecidas por el Gobierno Vasco (un monitor o monitora cada diez niños). Esto permitió flexibilizar las condiciones sin aumentar el presupuesto y el gobierno municipal decidió ampliar la duración a las personas preinscritas o abrir la posibilidad de cambios de semana.
¿Y qué pasó? Familias que no se habían inscrito anteriormente, al ver que las condiciones habían cambiado acudieron al ayuntamiento a inscribir a sus hijos e hijas. Pero no podían porque sólo se había ofrecido la posibilidad a quienes ya se habían inscrito con anterioridad. En consecuencia, algunas de estas familias presentaron quejas en el ayuntamiento. El equipo de gobierno, en lugar de admitir el error ha respondido mintiendo. En la respuesta dice que la asociación que va a organizar los udalekus no tiene más monitores o monitoras.
Pero el problema es que con el presupuesto destinado por el ayuntamiento la empresa no puede contratar a nadie más, y en consecuencia no se puede ofrecer el servicio a todas las personas que lo demandan porque no se ha destinado dinero suficiente para ello. Esta situación define una vez más el proceder habitual del equipo de gobierno: