AKTUALITATEA


| 2020-05-28 12:08:00

La crisis sanitaria provocada por el COVID19 ha conllevado una importante crisis social, económica, humana y política. La cancelación de la actividad en la vida cotidiana nos ha obligado a improvisar cómo continuar con nuestras vidas a pesar del aislamiento social y hemos desarrollado con cierto ingenio mecanismos para seguir.

Esta situación nos ha dado la oportunidad de conocernos y cuidarnos, de que familias pasen tiempo juntas, de parar (hay quien no puede parar, como los millones de mujeres responsables del trabajo reproductivo de todo el mundo), de poner en valor, por fin, el desempeño de empleos hasta ahora denostados… Y también ha servido para sacar lo mejor y lo peor de la gente, en lo personal y en lo colectivo.

Y aunque esta desgracia ha destruido familias, negocios, proyectos y vidas, no podemos mirar hacia otro lado cuando nos ofrece algunas cosas buenas, como la conciencia con respecto al sistema y las personas que nos gobiernan. No ha de ser fácil, ojo, ocupar sus sillones con la que está cayendo, pero, en general, están matando moscas a cañonazos.

Como al resto de los mortales, a las personas y partidos que nos gobiernan en lo macro y en lo local, se les ha presentado una oportunidad de oro para demostrar si son lo que dicen ser. Sin embargo, en lo que a Plentzia se refiere, una vez más, el PNV sigue atrincherado en su estilo de partido único. Este “modus operandi” se cocina en Sabin Etxea y se implementa en el Gobierno Vasco, Diputaciones, Mancomunidades y pueblos en los que gobierna. Elixabete Uribarri y su equipo sigue ignorando el manido “por y para Plentzia” para aferrarse en una gestión en solitario, totalmente en solitario, ingrediente principal de su receta diaria para nuestro pueblo y para todas y cada una de nosotras.

EH Bildu Plentzia sigue apartada de la vida municipal oficializada, así que hemos decidido seguir haciendo oposición propositiva y fiscalizadora, pero adaptada a una nueva normalidad de transición: nos reunimos virtualmente cada día, hablamos con personas y agentes locales asiduamente y hemos realizado 19 registros de entrada con el fin de aportar ideas ya que el gobierno en Plentzia sigue sin construir un foro común y sigue sin poner medios para que la oposición, como interlocutor legítimo que es, haga su trabajo. Asimismo, seguimos con la mano tendida a pesar de todos los desmanes.

Sin embargo, inmersas en esta situación tan excepcional, nos hacíamos la pregunta que sigue: ¿No va a aprovechar el PNV esta excepcional situación para reflexionar, y con mirada introspectiva, acercarse al pueblo y, en el caso de Plentzia, también a las 5 concejalas para remar a favor por una vez?

Lamentablemente no, y nos están dando demasiadas pistas de que el PNV no está por la labor: la gestión del escándalo de Zaldibar, la insistencia de mantener la producción industrial, así como mandar a menores a clase en fase 0, la vergonzosa gestión de los test de detección, la negociación del avance del más innecesario que nunca TAV o la polémica decisión de convocatoria de elecciones el 12 de Julio en la Comunidad Autónoma de Euskadi, son ejemplos del censurable ”suma y sigue” en el que nos mantiene el PNV.

Por otro lado, estos malos ejemplos siguen y son también constatables a nivel municipal: cerrar el mercado del Matadero, no participar o colaborar con Zaintza Sarea cuya aportación ha sido efectiva y cercana en municipios colindantes, iniciar obras en la calle mientras sólo podían realizarse actividades esenciales, provocar la suspensión de contratos sin contrastarlo con las trabajadoras y las direcciones de centros escolares y otros agentes afectados, crear una mesa de crisis monocolor, fallar en respuestas urgentes y necesarias como la creación de ayudas directas al pequeños comercio o aquellos sectores de la población más afectados, incentivar medidas sin contraste alguno o cancelar los plenos y comisiones y no habilitar otros mecanismos y canales de información. Su “modus operandi” en esta crisis sanitaria tiene consecuencias que nos están afectando a todos y todas.

Así que, tras duros y largos meses de Estados de Alarma, confinamientos, fases y pseudofases, podemos concluir que el PNV ha gestionado esta crisis en su estilo; sigue, en lo macro, de rodillas ante Confebask y sus propios intereses partidistas, tratando de ganar votos a costa de nuestras vidas, y, en lo micro, en absoluta soledad, como viene siendo costumbre. Y no, eso no es ser la “crème de la crème” de la gestión, tal y como se nos pretende vender. No lo es.

Porque la clave en esta pandemia no está en resistirla y superarla pronto para que vuelva la antigua normalidad, sino en seguir luchando por un mundo donde quepan muchos mundos y en colocar la vida, los cuidados y la felicidad justo en la centralidad principal de la práctica de la política.

Y siguen a lo suyo...

Y seguimos construyendo un nuevo modelo para estar en un mundo donde todas cabemos...

#BIZIPOZA