AKTUALITATEA


| 2023-03-20 12:54:00

EH Bildu defenderá este próximo jueves en el Parlamento una moción que tiene como objetivo el establecimiento de un salario mínimo de 1.400 euros en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Tal y como ha explicado Arkaitz Rodríguez, la Carta Social Europea indica que el salario mínimo debe alcanzar el 60% del salario medio, de manera que, si se aplicara ese criterio en la CAV, el salario mínimo sería de 1.400 euros. Por ello, aunque es una buena noticia que el Gobierno español haya subido este año el salario mínimo a 1.080 euros, se trata de una cifra que “en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa se queda muy corta”, ha dicho Rodríguez. “Aquí la carestía de la vida es un 20% superior a la de España, así que ¿por qué tenemos que tener un salario mínimo que es un 20% inferior al que debería ser? Estamos perdiendo la posibilidad de combatir la brecha de género, la brecha intergeneracional, y de garantizar condiciones para una vida digna”.

Por ello, la moción que defenderá el jueves EH Bildu busca establecer un salario mínimo adaptado a la realidad socio-económica vasca, según los criterios de la Carta Social Europea. A tal fin, la coalición propondrá, en primer lugar, que el Parlamento reclame la competencia para fijar el salario mínimo, es decir, la transferencia de las políticas pasivas de empleo, y, en segundo lugar, que el Gobierno de Lakua impulse entretanto un acuerdo entre los sindicatos y la patronal para establecer en la CAV un salario mínimo de 1.400 euros.

En este sentido, Rodríguez ha recordado que, aun sin tener la competencia, sí es posible situar el salario mínimo en los parámetros recomendados por la Carta Social Europea, puesto que para ello bastaría con un acuerdo interprofesional que fijara ese salario mínimo de 1.400 euros. El parlamentario de EH Bildu ha subrayado por ello la importancia del segundo punto de su moción, el que insta a Lakua a impulsar ese acuerdo. “La posibilidad existe, solo es cuestión de voluntad política, y ahí el Gobierno de Urkullu tiene mucho que decir, debe desempeñar un papel proactivo presionando a las partes, a los sindicatos y a la patronal, para que lleguen a un acuerdo de esas características. El Gobierno no puede limitarse a ser un mero notario, debe liderar”.