El equipamiento de la estación de servicio Goya se proyecta como un espacio polivalente para la promoción de modos de movilidad sostenible, en el que ofrecer, además, atención turística y ciudadana así como información sobre el patrimonio natural y cultural, alquiler y apoyo a vehículos de movilidad personal, educación ambiental y actividades vinculadas al turismo sostenible.
El consejo de la Sociedad Urbanística Municipal Ensanche 21 Zabalgunea aprobará el próximo miércoles esta propuesta consensuada entre los consejeros del equipo de gobierno PSE-PNV y los representantes de EH Bildu.
La fórmula elegida para sacar adelante el “reacondicionamiento de este histórico edificio es la de un concurso de proyectos que va a servir para determinar la mejor propuesta para su puesta en valor y para definir la redacción del proyecto básico y de ejecución del emblemático edificio situado en la calle Cadena y Eleta”, ha explicado Borja Rodríguez, presidente de Ensanche 21 y concejal de Modelo de ciudad y Urbanismo.
“Presentamos esta acuerdo para reabrir y dotar de vida el edificio de la gasolinera Goya. Presentamos una propuesta que busca reacondicionar este espacio que lleva más de una década cerrado. Y lo hacemos sin que pierda su esencia: Convirtiendo la gasolinera que fue el símbolo de la movilidad del siglo XX, en un espacio referente de la movilidad del siglo XXI, una movilidad sostenible, saludable y segura, alineada con los objetivos de descarbonización del municipio”, ha concretado Rocío Vitero, portavoz municipal de EH Bildu.
Las propuestas que tomen parte en el concurso “deberán contemplar dentro del edificio diferentes zonas como un espacio de acogida, un área de información y atención, otra zona de trabajo con presencia de un máximo de 6 despachos y sala de reuniones. También contará con una reserva de espacio para zonas de almacenaje de diferentes folletos y material de consulta”, ha relatado Borja Rodríguez.
Deberá tenerse también en cuenta aspectos como incorporar las últimas tecnologías de comunicación y se valorará positivamente que en el diseño del edificio se tengan en cuenta principios de edificación ambientalmente sostenible y de arquitectura bioclimática y ecodiseño, con el objetivo de utilizar los productos, materiales y sistemas constructivos más respetuosos con el medioambiente y la salud.
Para el desarrollo del concurso y elección de las mejores propuestas se ha definido un jurado compuesto por cinco integrantes procedentes de distintos organismos como Ensanche 21, Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, Servicio de Patrimonio de Diputación Foral de Álava, además de dos personas designadas por el Colegio de Arquitectos Vasco Navarro (COAVN).
Su función será la de elegir la propuesta óptima por originalidad, calidad, sostenibilidad y viabilidad económica y funcional.
De todas las propuestas presentadas en el concurso, el jurado seleccionará en una primera etapa a los tres proyectos más destacados y que, además, serán premiados con una cantidad económica de 5.000 euros (IVA no incluido). Los equipos participantes habrán de presentar en esta fase una idea concisa acerca del objeto del concurso.
En la siguiente fase se procederá a desarrollar esa idea previa, a través de unos paneles donde se refleje la propuesta gráfica y una memoria donde se presenten los contenidos del equipamiento.
El jurado de expertos procederá a escoger el proyecto ganador entre esos tres finalistas. El vencedor se hará también con un premio económico de 15.000 euros (IVA no incluido), que se entiende en concepto de adelanto de los futuros honorarios a percibir por el contrato de redacción de proyecto y dirección de obra si la adjudicación tuviera lugar.
El presupuesto total de la licitación para el concurso y posterior reacondicionamiento del edificio Goya asciende a 3.509.000 euros (IVA incluido). El calendario de actuaciones contempla poder licitar las obras en primavera de 2026 y que las obras finalicen antes de verano del año 2028.
El edificio Goya es un ejemplo del patrimonio industrial vinculado al mundo automovilístico del que Vitoria-Gasteiz, en cierta manera, fue pionera. Se trata de un edificio peculiar del cual apenas quedan edificios de características similares en su entorno.
Cuenta con la catalogación como bien cultural calificado en categoría de monumento en el año 1994, conservando íntegramente su volumetría y rasgos racionalistas originales. El nuevo uso no comporta alteraciones estructurales sustanciales ni compromete su integridad formal.