Hoy me encuentro reflexiva.
Veo este video que me ha mandado una amiga esta mañana y me doy cuenta de que exactamente hace tres años, un 15 de junio, bailaba un agurra delante de una plaza llena de gente y esperanza. Era la esperanza de traer a Durango un Cambio después de 40 años de mismas recetas y mismas maneras de hacer y entender la política. Ahora, tres años después, escribo este texto mientras observo de refilón esa misma plaza desde el balcón del ‘bulego’. Son las 19:30, y mientras escucho el ajetreo de la plaza, me acompañan una luz tenue, un poco de música y una tranquilidad no muy común en esta oficina.
Han sido tres años donde nos hemos dejado la piel, hemos sudado tinta china y hemos reído y llorado. Pero sobre todo me quedo con el gran equipo que hemos conformado en el ayuntamiento. Un equipo humano y profesional que nunca me hubiera imaginado. Es un equipo principalmente joven pero muy ilusionado y experimentado, con personas de diferentes procedencias e incluso distintos puntos de vista. Y creo firmemente que esa diversidad es la que nos hace fuertes. No puedo estar más satisfecha de tenerlos a mi lado.
El 15 de junio de 2019 tuvimos que hacer un ‘aterrizaje forzoso’ y empezar a gobernar. La primera medida que tomamos fue la de bajarnos el sueldo. En mi caso me rebajé el sueldo un 40%, cobrando lo mismo que cobraba en mi anterior trabajo. Es un hecho anecdótico, pero también es fiel reflejo del modelo de pueblo que queremos para Durango, y ese trabajo comienza en una misma, dando ejemplo.
Aquel 15 de junio de 2019 empezó el Cambio. Todos los cambios suponen un esfuerzo, sobre todo cuando desde algunos (pocos, felizmente) sectores trataron de hacer creer a la ciudadanía que “traeríamos la ruina” a Durango. Como anécdota os podría contar cómo, al muy poco de llegar a la Alcaldía, desde La Pasión nos pidieron una reunión urgente porque cierta gente les había dicho que íbamos a suspender La Pasión.
Esta anécdota es un ejemplo de la política del miedo que algunos sectores han querido implantar en nuestro pueblo. Desgraciadamente no es la única. En cambio, nosotras al miedo le respondemos con una sonrisa.
Tenemos un largo camino que recorrer, pero durante tres años hemos intentado demostraros que desde una buena gestión, la cercanía y la colaboración con la ciudadanía se puede construir un Durango mejor, un Durango donde quepamos todas y donde el ayuntamiento no se convierta en un bunker. Todo el mundo ha tenido las puertas del ayuntamiento abiertas, y, creedme, en esta oficina he vivido situaciones de todo tipo. Por mi parte, espero haber ayudado en todo lo que estaba en mis manos…
Tres años después miro atrás y me acuerdo que en 36 meses hemos sufrido una pandemia mundial y hemos esquivado ataques que, más que a construir, se han dedicado a destruir. Pero hemos demostrado que el proyecto que EH Bildu tiene para nuestro pueblo no es ni puntual ni tiene fecha de caducidad, sino que es un proyecto a largo plazo, un proyecto para construir un Durango participativo, sostenible, euskaldun, feminista, diverso y social. Queremos construir un Durango donde nadie se quede atrás.
Por eso, seguiremos con una sonrisa llevando a cabo los ilusionantes proyectos que tenemos entre manos. Tenemos muchos y muy variados, y todos ellos con el mismo objetivo: mejorar las vidas de todas y todos vosotros.
Al final me he alargado más que lo que me hubiera gustado, pero me ha servido para reflejar cómo me siento después de cumplirse tres años exactos de aquel aurresku y aquel día histórico. Solo me queda deciros que es un placer ser la alcaldesa de todas y todos vosotros.
Eskerrik asko guztiagatik. Seguiré trabajando día a día dando lo mejor que tengo, no tengáis ninguna duda.
Ima Garrastatxu Urbaneja
Alcaldesa de Durango