Este Gobierno Municipal llega tarde de nuevo. En pleno invierno y con temperaturas gélidas en las noches más recientes, comprobamos con incredulidad que el albergue de La Sirena, con capacidad de 100 camas para asistir a personas sin hogar, sigue sin abrir sus puertas, pese a que entre noviembre y abril la agenda para las reservas de pernoctaciones externas está suspendida, en teoría, para atender estos casos de vulnerabilidad y exclusión.
Desde EH Bildu, no entendemos cómo es posible mantener un recurso de esta envergadura clausurado, más si cabe con una situación de calle creciente: en Donostia han aumentado los casos un 81% en tan solo seis años (unas 180 personas en 2016; 326 en 2022), según datos del VI Estudio de Personas Sin Hogar del propio Gobierno Vasco.
El llamado Protocolo del Frío (Servicio de Puertas Abiertas), al que está supeditado el albergue ubicado en Ondarreta, tiene mucho margen de mejora. A día de hoy toma como referencia los pronósticos de Euskalmet y es en base a estas previsiones que La Sirena abre o cierra sus puertas. ¿Cómo es posible que haya preparadas 100 camas, los profesionales estén listos a la espera de una llamada, que haya personas que pasan las noches en la calle, y el servicio esté clausurado? ¿Cómo se explica?
Pedimos una adecuación del protocolo y que desaparezcan los criterios obsoletos, tales como que haya menos de 0 grados. ¿Cuánto es mucho o poco frío? ¿Acaso hay que alcanzar como ahora el ‘riesgo de heladas’ para poner en marcha todos los mecanismos?
Desde EH Bildu lo tenemos claro. El protocolo ha de ser más humano y tiene que adaptarse a la necesidades de cada momento y buscar y fomentar la cohesión social, salvaguardar los derechos humanos. E insistimos en que si hay una voluntad política real el escenario sería otro, porque los protocolos son competencia municipal y el mismo Gobierno puede decidir de forma unilateral que el albergue abra de forma ininterrumpida durante el invierno.
Otro sistema y otro servicio son posibles si se quisieran hacer las cosas de otra manera. «Tenemos un recurso preparado para abrirlo ya mismo, 100 camas a la espera, profesionales preparados... solo falta lo más importante, la voluntad política para pasar de las palabras tan manidas de ‘la Donostia que no deja a nadie de lado’, a los hechos».
Pedimos un uso coherente de los recursos públicos. Capitales vascas como Iruñea ya están demostrando que si existe voluntad política y se ponen medios suficientes, se puede dar una solución para que nadie duerma en la calle, cosa que el alcalde Eneko Goia se comprometió a atajar firmando la Estrategia de Personas sin hogar en 2016 y que no ha cumplido ni de lejos.
La Red de acogida ciudadana, SOS Racismo y otras entidades ya han decidido acudir al Ararteko para exigir soluciones, al tiempo que, ayer, con un pronóstico de Euskalmet para esta pasada noche de heladas débiles para el litoral, sobre todo en el este, numerosos ciudadanos presentaron en los servicios de Udalinfo peticiones para abrir La Sirena.
Los próximos días los termómetros rozaran mínimos gélidos; por lo tanto, la previsión existe. Todo esto no es ninguna sorpresa y, por eso, desde EH Bildu registramos la pasada semana una interpelación que abordaremos el lunes día 15, en la comisión de Servicios a las Personas que preside la concejala de Servicios Sociales Mariaje Idoeta.
¿Por qué no se emplea La Sirena para proteger a las personas sin hogar de la climatología, sin esperar a que haya heladas, más si cabe siendo un servicio listo para su uso?
¿Y por qué no ha echado a andar el foro para la cooperación que en octubre de 2023 prometió la delegada, a la vista de que cada vez más personas viven en la calle o en espacios que no cumplen unos mínimos dignos (edificios abandonados, por ejemplo)?
¿Qué medidas va a tomar este Gobierno Municipal ante el aumento del número de personas que viven en la calle en nuestra ciudad?