AKTUALITATEA


| 2022-02-20 00:27:00

Esta semana asistíamos a una nueva comparecencia de Amaia del Campo, alcaldesa de Barakaldo, presentando el resultado de una caricatura de proceso participativo. En el mismo se ha elegido la que pretenden que sea futura bandera de nuestro pueblo. Unos resultados que llegan avalados por menos del 1% del censo de Barakaldo que debía elegir entre diferentes cartas marcadas. Hablaba Del Campo de “hecho histórico” y nos  pedía al resto de partidos políticos apoyo a “la decisión de barakaldeses y barakaldesas”.

En EH Bildu creemos que un proceso para la creación y elección de un símbolo que nos ha de representar a todas y todos debería de haber contado con una rigurosidad y seriedad que la alcaldesa no ha mostrado. Este proceso llega sin demanda real de la sociedad, con opciones marcadas por la propia alcaldía, y sin compartir con el resto de sensibilidades políticas. Una vez más, el PNV ha vuelto a confundir procesos, como en este caso la elección de una bandera, con buscar protagonismo partidista. De no ser por su trascendencia, provocaría una leve hilaridad.

A nuestro entender, el punto de partida debería haber sido la necesidad o no de una bandera para Barakaldo. Al menos, discutir si los actuales símbolos (escudo, pendón..) son suficientes para representarnos o no. Pero ha sido la propia Amaia del Campo quien ha interpretado, definido y llevado a cabo de forma acelerada, la bandera de la bandera, valga la redundancia. Sin debate, sin  diálogo con la ciudadanía ni fuerzas políticas. Y es que en este proceso no se puede hablar de elección, sino de ratificación de una decisión previamente marcada por la alcaldía. No caeremos en la trampa de considerar este proceso como un ejercicio de democracia. Y es que no ha despertado interés ni consenso ciudadano, y es constatable que el anuncio de la creación de la bandera de Barakaldo no ha suscitado entusiasmo entre la ciudadanía a la que debiera representar. Más bien al contrario, se ha convertido en chanza en nuestras calles. Todo lo contrario a lo que un procedimiento de estas características requeriría.

Nos preocupa la frivolidad con la que desde el equipo de gobierno de Barakaldo se desarrollan supuestos procesos participativos: con muestras pequeñas, determinando su resultado…  En esta ocasión, a través de una consulta repentina, con opciones antes marcadas y sin posibilidad de mostrar otras preferencias o disconformidad con los modelos propuestos, Amaia del Campo ha utilizado una caricatura de proceso participativo como aval para justificar la elección de una bandera. El PNV vuelve a utilizar el concepto de participación y utiliza la supuesta decisión de la ciudadanía haciendo de ella una caricatura de proceso participativo; y, además la utiliza como arma arrojadiza contra el resto de partidos.

Lejos de la autocrítica; lejos de enmendar la situación y encarar desde la humildad un nuevo proceso, si es que se valorase que es necesario encontrar una bandera identificativa para nuestra localidad, Amaia del Campo ha preferido eludir responsabilidades y exigir al resto de partidos políticos que avalemos la elección de la bandera. Después de mantenernos como meros espectadores de lo que desde Alcaldía se estaba realizando, no es tolerable que ahora Amaia del Campo pretenda que avalemos su “chapuza.” Pretende así compartir responsabilidades, bajo el chantaje de “respetar la voluntad de la ciudadanía barakaldesa”. Despues de todo esto, que no nos pidan ahora ser cómplices de este esperpéntico proceso, que no es más que un nuevo ejemplo más de la manera de gestionar y gobernar del PNV: el partidismo como verdadera bandera.