A las puertas del nuevo curso político, el europarlamentario Pernando Barrena ha sido entrevistado en Euskadi Irratia y preguntado por el papel que está jugando Europa, se ha mostrado preocupado por la dependencia geopolítica de Europa respecto a EEUU. «Por desgracia, Europa mantiene una visión errónea y débil sobre su presencia e influencia a nivel mundial. La autonomía estratégica de Europa es incompatible con el imperialismo de Trump», ha afirmado. Para Barrena, «la Alianza Atlántica es uno de los mayores fraudes que se han cometido en Europa. Europa nunca será un amigo para Estados Unidos, porque su objetivo es sabotear a cualquier potencia que comprometa su liderazgo mundial».
El europarlamentario se ha mostrado crítico también con la actitud europea ante el genocidio palestino. «El pueblo palestino está a punto de desaparecer como pueblo y la comunidad internacional tiene una gran responsabilidad, porque se ha dejado que Israel haga lo que quiera. Israel es un estado con políticas asesinas y de limpieza étnica, pero participa con normalidad en todas las instituciones». «La Unión Europea es cómplice del genocidio palestino», ha añadido.
El portavoz también se ha referido a los vecinos de Mali que están a la espera de que se tramite el asilo en las calles de Vitoria-Gasteiz. «Estas personas que vienen de Malí, vienen huyendo de una guerra, ¿qué diferencia hay entre las personas de Mali y Ucrania? ¿Por qué no responder también humanamente? Mientras no se superen las actitudes racistas, estaremos tirando al vertedero todo el sentido del derecho de asilo», ha dicho Barrena.
En el ámbito de la memoria, Barrena ha mostrado su satisfacción por el reconocimiento que el Gobierno de Navarra, junto con otros 20 ciudadanos, le ha realizado como víctimas de torturas, «que este reconocimiento sirva para que en el futuro no se vuelva a producir el uso de la tortura ni en ningún sitio ni contra nadie». Asimismo, al hilo de las declaraciones del director de Gogora sobre Txiki y Otaegi, el europarlamentario ha recordado que «Txiki y Otaegi son víctimas reconocidas por el Gobierno Vasco, fusilados por el fascismo sin un juicio justo y que en tiempos en los que todas las vías de la democracia estaban cerradas, lucharon contra el franquismo». «Frente al fascismo, no podemos caer en la equidistancia», ha subrayado.