La legislatura puesta en marcha en junio de 2019 está siendo movida, y seguramente la época que estamos viviendo actualmente no la olvidaremos fácilmente. Los nuevos acontecimientos nos están obligando a repensar nuestras prioridades y también a ver de qué manera destinaremos nuestros recursos. Debemos examinar qué tipo de oportunidades van surgiendo y corregir las deficiencias que tenemos. Es necesario que como pueblo planteemos soluciones.
Los jóvenes (y los no tan jóvenes) del pueblo ¿qué oportunidades tienen de poder conseguir una vivienda digna? En el área de turismo ¿qué buscamos? ¿ Un trabajo en colaboración con los municipios cercanos o simplemente aprovecharnos de sus recursos? Los puestos de trabajo que se han ido creando ¿son de calidad? O ¿qué tipo de oferta cultural ofertamos para nuestro pueblo? ¿Es adecuada? Estas preguntas, junto a otras tantas, pueden ser respondidas de diferentes maneras. Pero, para no seguir cayendo en los mismos errores de siempre, deberíamos abandonar la situación de autocomplacencia y analizar rigurosamente estas cuestiones pendientes.
Y para ello, lo primero sería prestar atención al modelo de gobernanza que tenemos. ¿Cómo se está gobernando Lekunberri? En nuestra opinión, el Ayuntamiento debe ser entendido como un organismo de tod@s, no solamente de un partido político. El responsable de la gestión de esa institución debería hacer lo que se dice y decir lo que se hace. Parece sencillo, pero, por desgracia, hay personas que tienen muy interiorizada la idea de que el Ayuntamiento es de su propiedad. Esta concepción errónea está dificultando enormemente la respuesta a los desafíos cara al futuro que como pueblo se nos están presentando. En nuestra opinión, la apropiación de las instituciones no son medidas adecuadas para que un pueblo avance.
Hoy en día, en política se da más importancia a la imagen que se transmite, que a lo que se promueve y se realiza; o por lo menos, así lo manifiestan algunos especialistas en comunicación política. El que algun@s entienden la política de esa manera, seguramente no resuelve los problemas estructurales existentes (calidad del empleo, crisis energética, derecho a vivienda, problemas de mantenimiento, servicios públicos de calidad…).
Por ello, para revertir esta situación, es necesario diseñar políticas públicas y responder a la realidad de nuestro pueblo. Es un camino a recorrer con el pueblo y para el pueblo. Difícilmente avanzaremos reivindicando la participación vecinal y destinando 20.000€ para la elaboración de un diagnóstico sobre la movilidad del pueblo, cuando a continuación rechazamos las propuestas participativas presentadas por la población. Del mismo modo resultará difícil avanzar cuando, por ejemplo, se gastan 226.000€ en una infraestructura municipal (actualmente utilizada por la Guardia Civil) y al solicitar una aclaración sobre esta actuación, se mira para otro lado y se vota en contra ante dicha solicitud de aclaración. Este tipo de actitudes crean desconfianza. ¿Cómo se puede proclamar una gestión eficiente, cuando ante los temas más complicados y difíciles se actúa como si no pasase nada?
En nuestra opinión, necesitamos urgentemente un nuevo modelo de gobernanza, construído de abajo a arriba, y que ponga en el centro de su actuación a l@s vecin@s y sus necesidades. Los tiempos están cambiando, tenemos nuevos retos a la vuelta de la esquina. EHBildu está preparada para recorrer ese camino; ya hemos iniciado el nuevo curso y las viejas fórmulas no sirven para responder a los nuevos retos. Por eso, queremos tender la mano a todo aquel que esté preocupad@ por el futuro de nuestro pueblo, porque es posible <y necesario también> cambiar de rumbo y dirección. Para los nuevos tiempos, necesitamos impulsos renovados.
Es evidente que las crisis de estos años (sanitaria, climática, energética,…) están repercutiendo negativamente en nuestro pueblo, a lo que hay que añadirles otro tipos de problemáticas (vivienda, mantenimiento insuficiente, falta de transparencia, ausencia del plan de igualdad, poco apoyo al euskera,…). Desde EHBildu, para responder a estas situaciones, hemos ido presentando distintas propuestas: para garantizar el derecho a la vivienda, para hacer frente al cambio climático, promocionar la participación, modificar la política del agua, mejorar el mantenimiento, iniciativas contra la violencia machista y/o defender los derechos lingüísticos… Tenemos claro que no respaldaremos políticas perjudiciales para la población; sin embargo, cuando las propuestas han sido constructivas, sí que las hemos apoyado y hemos realizado aportaciones; por ejemplo, en la recuperación de “La Peña”, en la colocación de la cubierta del Parque infantil (ambas iniciativas recogidas en nuestro programa electoral), con las medidas anti-Covid,… De todos modos, es cada vez más evidente que Lekunberriko Taldea no tiene capacidad para llegar a acuerdos con la oposición, la ciudadanía o los agentes sociales. Tampoco con las instituciones de nuestro alrededor. Además, se quiere aparentar un cierto activismo con múltiples iniciativas, quedando en evidencia en más de una ocasión el desorden y la falta de planificación: modificación del tráfico en la Plaza, la crisis del Beti Kozkor, las denuncias y multas recibidas tras la limpieza del río, las políticas con el agua, las contrataciones irregulares,… Por todo ello, lo que necesitamos es un gobierno que comprenda las necesidades de la gente y los desafíos que tenemos por delante, un gobierno que transmita confianza y seguridad. Y para ello es necesario poner en práctica el siguiente principio: “Haz lo que dices y di lo que haces”