La propuesta que salió ganadora dentro de la convocatoria de “presupuestos participativos” correspondientes al año 2020, fue la instalación de un rocódromo en Sarriguren al descubierto.
En el año 2022, el equipo de gobierno de Navarra Suma anunció la inauguración del rocódromo. Pero nuestra sorpresa fue mayúscula, cuando se modificó unilateralmente su ubicación, pasando del parque central de Sarriguren, tal y como constaba en la propuesta ciudadana presentada, a situarlo al lado del frontón.
Además, la instalación no estaba finalizada, ni se habían colocado carteles indicativos para su uso careciendo de normas de seguridad.
Ahora nos encontramos con que esa infraestructura deportiva y de ocio, que ha tenido un coste de 24.800 euros más IVA, ha sido desmantelada por el equipo de gobierno de UPN.
Han sido dos años, en los que esa instalación ni se ha usado, ni se ha mantenido. Todo ello como fruto de la incompetencia e incapacidad de UPN para gestionarla de una forma adecuada.
Este es el modelo de gestión municipal que UPN ofrece a la ciudadanía: gasto inútil, decisiones unilaterales sin contar con nadie, actuaciones al margen del vecindario.
A pesar de las criticas que hicimos en su día a como se planteaba la instalación, desde EHBildu creemos que puede tener un servicio social. dotándola de unas condiciones adecuadas de seguridad, y cubriendo la parte superior para preservar la estructura de la lluvia.
Planteamos su uso en dos variantes, una para escalada vertical cediendo su uso a personas y entidades que acrediten estar preparadas y cuenten con los medios de seguridad necesarios, y otra para escalada horizontal libre, sobre todo para las escuelas deportivas infantiles y personas con discapacidad.
Estamos convencidos de que la instalación pude ser usada por la ciudadanía, cumpliendo las normas de seguridad, gestionando su uso de forma ordenada y responsable, porque la práctica de la escalada tiene una serie de beneficios, como son la atención, la creatividad, la habilidad, desarrollo físico...
Eso requiere un esfuerzo por parte municipal, aumentando la inversión en su cubrición, en seguridad y en su gestión.
Lo que no resulta de recibo es que se desmantele de un día para otro. Pues eso significa, ni más ni menos, la incapacidad municipal para administrar adecuadamente las necesidades ciudadanas.