AKTUALITATEA


| 2021-05-10 14:04:00

EH Bildu pide que se reúna la “Comisión no permanente para el seguimiento de las obras de Euskotren en Donostia”. Hay que decir que esta comisión no se ha reunido desde el 23 de noviembre, entonces también a petición de EH Bildu. Es decir, la comisión lleva casi 6 meses sin reunirse cuando tiene la obligación de reunirse cada dos meses. Y si tenemos en cuenta las continuas y graves incidencias que está teniendo esta obra, la última que sepamos el pasado viernes, es más denunciable aún que el Gobierno municipal no la haya convocado de oficio.

De hecho, la otra reunión que ha tenido esta comisión esta legislatura también fue a petición de EH Bildu, en julio pasado, tras la aparición del primer socavón. Que PNV-PSE no hayan convocado esta comisión sólo se explica porque han tomado la decisión política de informar lo menos posible sobre las obras, tanto en el Gobierno Vasco como en el Ayuntamiento de Donostia.

Y hay que resaltar que tras el tercer socavón han dado un salto cualitativo en esta política de oscurantismo y opacidad. A diferencia de lo que ocurrió con el primer y segundo socavón, en esta ocasión, el Gobierno municipal no ha hecho ninguna comunicación al respecto y ETS publicó una escueta nota después de que concejales de EH Bildu se personaran en el lugar. Y si bien en otras ocasiones utilizaron las palabras “sorpresa”, “susto” o “accidente técnico”, en esta ocasión ni siquiera eso. Es más, el Ayuntamiento publicó en sus redes sociales que las cabinas estaban cerradas por una “avería”, y no por la aparición del socavón.

Pero no, la aparición de otro socavón no puede considerarse como algo normal. Las instituciones públicas no pueden considerar normal la aparición de socavones en el espacio urbano, bajo edificios habitados o bajo una infraestructura de uso público. EH Bildu no va a aceptar esto, no vamos a mirar al otro lado. El PNV-PSE tiene que aclarar cuántos socavones habría actualmente en la zona y qué piensan hacer, además de lo hecho hasta ahora, para garantizar la seguridad de trabajadores/as y vecinos/as.

En este sentido, ETS debe explicar por qué las obras iniciadas el pasado mes de agosto para asegurar la zona aún no han concluido. Y es que, tras la aparición del primer agujero, en agosto del año pasado ETS proyectó que para asegurar la zona habría que realizar una “inyección de lechada” que le llevaría 3 meses. Así, procedieron a cerrar parte de los soportales de la Concha y comenzaron las obras. La intervención lleva 10 meses y todavía no ha terminado. ETS no ha dado ninguna explicación sobre por qué se han triplicado los plazos (y los costes), y sobre cuáles son las nuevas dificultades que explicarían el retraso, etc.