“No hay que tapar nada”, dice OMNIA al respecto. Ese es un mensaje que compraría y utilizaría todo el mundo, hasta las organizaciones más corruptas, como ya ha quedado de sobra demostrado. Así que, de acuerdo, no hay que tapar nada cuando se trata de la corrupción a la que OMNIA se refiere. Pero también es muy importante no tapar nada en otro tipo de corrupción; me refiero a su sinónimo o variante “perversión”, en concreto del lenguaje, que puede consistir en introducir en el discurso falsedades encubiertas o disfrazadas de verdad.
La mentira evidente no la cree nadie; la falsa acusación a cara descubierta permite responder o defenderse a la persona u organización difamada. Pero hay un tipo de mentira y difamación con una gran carga de maldad: es la que introduce la sospecha de la manera más confusa posible, para poder decir, si fuese necesario, que lo que se quería decir no es lo que todo el mundo acaba entendiendo. Y eso es exactamente lo que OMNIA hace en sus declaraciones.
La respuesta a OMNIA puede ser la misma que Santi Hernando, concejal de EH Bildu, le dio al portavoz del PSE-PSOE en el pleno de 24 de febrero, cuando, este también, puso el ventilador pretendiendo que la mierda salpicase a todo el mundo: “Por favor, denuncia todos los casos de corrupción que conozcas de EH Bildu, que lleva ocho años. Te invito también a que denuncies todos los casos de corrupción que conozcas de la izquierda soberanista”.
Dice OMNIA que solo los partidos que han gobernado han sido corruptos, y no plantea ninguna excepción. EH Bildu ha demostrado que no es así. Así que, ¿con esa afirmación de OMNIA no se podría entender también que de llegar ellos y ellas a gobernar acabarán cayendo en la corrupción? Si hubiesen mencionado la excepción que todo el mundo conoce dejarían claro que es posible gobernar sin caer en la corrupción; pero no lo han hecho, por lo que ni siquiera OMNIA se deja a sí misma fuera de la regla que hace general.
EH Bildu Laudio
2020.04.03