AKTUALITATEA


| 2022-09-22 10:07:00

Durante el 2022, el equipo de gobierno del PNV y del PSE ha gastado 4.847.000€ de los 5 millones de euros que tenía ahorrados el Ayuntamiento. Desde EH Bildu hemos venido criticando que una parte importante de este gasto ha sido aprobado sin un proyecto concreto que justificara estas cantidades. En su gran mayoría, han sido aprobadas únicamente con el apoyo de la concejala tránsfuga expulsada de Podemos Patricia Alfonso o con el voto de calidad ejercido por el alcalde Josu Landaluze. Para EH Bildu, ésta práctica política es muy preocupante. Está claro que el equipo de gobierno PNV–PSE tiene una tendencia a la improvisación, con una falta de planificación manifiesta, respondiendo más a impulsos partidista y que a las necesidades y a los retos de Sopela: en este último año de legislatura el PNV está funcionando ya en modo electoral. Así, estamos ante un gobierno PNV-PSE que busca un golpe de efecto de cara a los comicios municipales de mayo de 2023, pero no medidas efectivas para el futuro de Sopela. PNV y PSE, un equipo de gobierno sin rumbo.

 

Al comienzo del ejercicio económico de 2022, el saldo del Remanente de Tesorería para Gastos Generales del ayuntamiento de Sopela ascendía a algo más de 5 millones de euros.

A fecha de hoy, los recursos utilizados para financiar las modificaciones presupuestarias realizadas y que, por lo tanto, no estaban contempladas en el presupuesto ordinario municipal suponen un gasto de 4.847.000€. Es decir, se ha consumido casi un 96% del remanente. En términos relativos, es como si se hubiera aumentado el capítulo del presupuesto previsto para gastos en bienes corrientes y servicios en un 70%, y en términos absolutos, supone que se ha consumido en la práctica un tercio más del presupuesto total (16 millones de €) del gasto para el 2022.

En repetidas ocasiones, EH Bildu ha denunciado públicamente que una parte importante de estas modificaciones extraordinarias del presupuesto, en algunos casos millonarias, hayan sido presentadas sin un proyecto económico que justificara y avalara las propuestas de esas cantidades. En su gran mayoría, han sido aprobadas únicamente con el apoyo de la concejala tránsfuga de Podemos o con el voto de calidad ejercido por el alcalde Josu Landaluze.

Para EH Bildu, ésta práctica política es muy preocupante. Es notorio que el equipo de gobierno PNV – PSE tiene una tendencia a la improvisación, con una falta de planificación manifiesta, respondiendo más a impulsos partidarios que a las necesidades y a los retos que hoy tiene planteados Sopela. Es evidente, que desde este último año de legislatura están funcionando ya en modo electoral.

Reflexionando sobre esta situación, se puede concluir que:

  1. Hemos asistido durante la anterior legislatura y parte de la actual a un incumplimiento sistemático de los presupuestos, dejando sin ejecutar anualmente un 12% de las partidas destinadas al gasto corriente.

  2. Fruto de una deficiente gestión, el remanente acumulado durante años se ha gastado de forma desmedida en lo que llevamos de año, dejando las arcas prácticamente vacías precisamente en un momento de gran incertidumbre económica.

  3. Al tener que hacer frente de ahora en adelante a una serie de gastos en inversiones inducidos por estas modificaciones presupuestarias, creemos que éstas pueden comprometer y afectar de forma negativa e importante al gasto corriente del presupuesto de los próximos años.

  4. Consecuencia de lo anterior, las partidas relacionadas con los derechos sociales de las vecinas-os (Euskera, Educación, Cultura, Acción Social, Mujer e igualdad, Cooperación, Ocio, Deporte, Juventud…) y los servicios públicos (limpieza viaria, recogida de basuras, jardinería…) pueden verse afectadas.


Esta forma de actuación responde a un modelo de gobernanza agotado y sin visión ni estructural ni a medio plazo. Estamos ante un gobierno PNV- PSE que busca un golpe de efecto, pero no medidas efectivas que preparen el futuro de Sopela.