AKTUALITATEA


| 2021-06-22 11:16:00

“Es evidente que la pandemia de la Covid-19 ha tenido, está teniendo y tendrá un impacto directo en la salud emocional y mental de la ciudadanía, y en muchos casos está siendo grave, tal y como indican los datos del propio Departamento de Salud”. La parlamentaria de EH Bildu María Garde defenderá por ello en el Pleno de este jueves la necesidad de analizar ese impacto y hacer un diagnóstico al respecto de cara a adecuar y reforzar el área de Salud Mental de Osakidetza. “Un diagnóstico amplio y exhaustivo de la mano de los agentes y profesionales del sector y teniendo en cuenta situaciones y colectivos específicos. Necesitamos saber qué ha pasado exactamente, qué está pasando y qué podemos esperar. Tener una buena radiografía será imprescindible para poder adaptar nuestros sistemas de Salud, tomar medidas, dar respuesta a las nuevas necesidades”.

Ese diagnóstico, sostiene Garde, es “un paso fundamental” para la elaboración y aprobación de la Ley de Salud Pública, cuyo proyecto prevé remitir en otoño el Gobierno PNV-PSE al Parlamento y que debe servir para, entre otras cosas, “reforzar los servicios de Salud Mental” en Osakidetza.

Los datos evidencian esa necesidad, así como que “la situación es muy grave”. Según explica la parlamentaria de EH Bildu, “en 2020 los suicidios aumentaron un 27% en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, llegando a la cifra más alta (187) de los últimos cuatro años; es decir, cada dos días se suicida una persona”. Asimismo, “las consultas en Salud Mental crecieron notablemente, casi un 13%, y en los últimos meses numerosos profesionales han advertido, sobre todo en el caso de los más jóvenes, de que las urgencias, las unidades y los servicios infanto-juveniles han estado saturados, hasta arriba de casos, muchos graves. Se han duplicado los trastornos de conducta alimentaria, especialmente entre las mujeres más jóvenes, y en general han aumentado los casos de depresión y ansiedad entre jóvenes y adolescentes”.

El aumento de los suicidios y del número de consultas no ha ido acompañado, sin embargo, de un fortalecimiento de los servicios de Osakidetza, ya que, como denuncia Garde, “los datos oficiales indican que en la última década la Salud Mental ha perdido peso en el presupuesto sanitario”. En concreto, “ha descendido un 10% el porcentaje del presupuesto que el Departamento de Salud destina a Salud Mental”.